"Aquí os dejo mi cariño, mi esfuerzo y mi corazón" dijo la fotógrafa al admirar las obras que cuelgan en las paredes del museo que lleva su nombre.
Y es que no es para menos, colgar en tu tierra tus obras, tiene que ser parecido a tender tu vida en una línea honesta y justa en el tiempo. Un homenaje en vida para ella y para sus paisanos que culmina como una simbiosis necesaria y enriquecedora para ambos.
Contadora de historias, la manchega es una maga de las emociones a través del instante congelado. Humor, drama, agilidad a través del mundo. Su interés en los ojos, en saber interpretar la mirada junto a su facilidad para retratar el construmbrismo de nuestra tierra, es lo que la ha llevado a ser una de las fotógrafas más prestigiosas de nuestra era.
El Museo Cristina García Rodero cuenta con una sala permanente con obras adquiridas por el Ayuntamiento junto a otras fotografías de distintas series donadas por coleccionistas privados, Colección Autric-Tamayo, y de la propia artista. Este espacio cultural está abierto al público desde el 2018.
Un museo que inicio su andadura con la exposición “Rituales de Haití” que García Rodero compartió con el público junto con el Ministerio de Cultura en el año 2001, con motivo del Premio Nacional de Fotografía.
Estamos en un espacio con historia. El edificio acogió el Ayuntamiento de Puertollano de 1920 a 1972. Tras acabar su etapa administrativa e institucional las antiguas instalaciones fueron recuperadas como Museo Municipal en 1992, una tarea de restauración que fue premiada por Hispania Nostra.
El Ayuntamiento en el año 2010 acometió su mayor ampliación hasta triplicar sus dimensiones con 2.130 metros cuadrados, divididos en tres plantas, como museo y espacio cultural en el que acoger exposiciones y actividades que diversifican la vida de la ciudad.
"Para disparar una foto, necesito emocioanarme" Y eso es lo que nos lleva regalando durante décadas, emoción contenida en el tiempo y en un espacio, el de su propio mundo.
Cristina García Rodero: Web Magnum