Si recuerdas a Grace Jones, recuerdas su imagen más allá de la música. El responsable de ello, en gran parte, es un diseñador francés de un talento indescriptible.
Jean Paul Goude fue de los primeros en capturar la imagen de la modelo jamaicana Grace Jones, supo intuir su lado más salvaje y hacerle las fotografías que definitivamente la convertirían en una celebridad.
Goude le sacó el máximo rendimiento a la naturaleza de Grace, la transformó en una peligrosa pantera negra, le sacó partido a sus atléticas proporciones y a su aspecto andrógino y la convirtió en un icono de la moda y del cine.
La relación entre Grace Jones y el diseñador francés Jean-Paul Goude (cuyo encasillamiento como "diseñador" es injusto, dado el tamaño de sus talentos) es una de las más desconocidas, y a la vez más reconocidas, en el mundo: una que hacía música que quedó en la imaginación del público siempre en segundo lugar, opacada por la imagen y el estilo que Goude siempre dio a la carrera de Jones. Al menos, durante sus mejores años.
La música de Grace Jones es un avant-pop con toques revolucionarios, sin mucho más que agregar. Nunca pierde la guía del sintetizador, que estaba tan de moda en aquella época. Su letras siempre fueron muy simples y directas: "Ámame, ámate, vive la vida". Nada muy diferente a la poesía de artistas pop actuales.
Goude no hizo de Jones una modeo con un perfil común, a pesar de su majestuosa apariencia con casi dos metros de altura. Jones fue siempre una mujer que se defiendía del mundo retando la masculinidad. No por nada dijo en una entrevista que una solución para llegar a la paz mundial sería que los hombres fueran penetrados.
Jean-Paul Goude: Web