Cada año, el museo del Louvre otorga 250 permisos a artistas aficionados y profesionales para que copien la obra de su elección y el fotoperiodista Ivan Gilbert también ha sido testigo.
Ya en el siglo XV, el artista italiano Cennino Cennini escribía en su manual de artista, "El Libro de Arte" que esta tarea se ha considerado esencial para el crecimiento artístico. Y escribió: "Cuando practicas el dibujo por un tiempo... ponte a prueba y complácete en copiar constantemente las mejores obras que puedas hacer de la mano de los grandes maestros.
Por su parte, el pintor postimpresionista Paul Cézanne dijo una vez: "El Louvre es el libro del que aprendemos a leer". Este conmovedor pensamiento resume la práctica tradicional del aprendizaje al copiar el trabajo de maestros anteriores. El fotoperiodista francés Iván Gilbert ha tenido la oportunidad este año de obtener uno de los permisos que el Louvre concede cada año y que son limitados.
"Es un privilegio tener este acceso, pero todos pueden tenerlo", dice.
Al parecer, muchos artistas que lo solicitan pueden esperar hasta dos años en conseguirlo, pero una vez en sus manos, pueden trabajar hasta tres meses y tienen acceso a las galerías de 9:30 a.m. a 1:30 p.m. de septiembre a junio, excepto los sábados y festivos. Salvador Dalí, Pablo Picasso, Marc Chagall, Edgar Degas..., estos pintores, de los más famosos en la historia del arte, también compartían esta experiencia: copiar las obras de los antiguos maestros del Louvre.
Guilbert ha recibido este permiso para pasar tres días en el museo fotografiando a los copistas en el trabajo. Allí, ha capturado la amplia gama de artistas que se aventuran al Louvre para promover su arte. Desde Sam Rachamin, que viajó desde Israel para intentar copiar una obra de Ingres, hasta el pintor de casas profesional de 58 años André Martin, que trabaja en un paisaje de Bernardo Bellotto, cada copista tiene su propia historia que contar.
Cada año, el Louvre emita 250 permisos para artistas procedentes del todo el mundo para pasar tres meses allí como copista.
André Martin copia "Vista de Pirna" de Bernardo Bellotto
Degas, Chagall, Picasso y Cézanne pasaron todo el tiempo en el Louvre copiando el trabajo de maestros como Delacroix para mejorar su arte.
Patrick Coussot copia una pintura de Eugène Delacroix titulada "Boda judía en Marruecos"
El pintor aficionado Christian trabaja en una copia de "El rapto de Europa" de François Boucher.
Marius copiando "Mujeres de Argel en su apartamento" de Eugène Delacroix
Sam Rachamin copiando "The Valpinçon Bather" de Jean-Auguste-Dominique Ingres.
Cuando finalizan las copias, reciben un sello del Louvre en la parte posterior del lienzo. La publicación de las copias sigue un protocolo muy estricto.
Todos los copistas del Louvre siguen un protocolo estricto para evitar falsificaciones, incluido el trabajo en lienzos un quinto más pequeños o más grandes que el original.
Catherine Blape acaba de terminar su copia de la pintura de Théodore Chasseriaux "The Two Sisters". La copia final se realiza de acuerdo con un protocolo específico y es seguida por cámaras de vigilancia en todo el museo.