Alejandra Caballero pinta escenas íntimas, momentos cotidianos pero de cierta trascendencia en la vida de un personaje, normalmente de una mujer. Para la artista, son muy importantes las salidas, es decir, las puertas y ventanas que conectan el interior con el exterior.
Se le clasifica dentro de un estilo de figuración poética .Es inevitable que la obra de Alejandra Caballero nos recuerde a la de Edward Hopper, porque sin duda le inspira en parte de sus cuadros.
La atracción por lo cotidiano. A menudo la protagonista del cuadro es una mujer que realiza una acción intrascendente: lee, prepara el desayuno, duerme, contempla el exterior de lo que hay más allá de su espacio. Pero en el universo de Alejandra Caballero también tiene cabida la tierna infancia, lo que en la obra del pintor americano no existe, y los animales domésticos, perros y gatos, a los que dota de una expresividad muy humana.
Una o dos figuras llenan la escena. No hacen falta más personajes para recrear una impresión. A menudo son personajes ensimismados en una tarea o acción como los deHopper, aunque sin la carga de soledad o desamparo que tiene las de éste.
Coinciden también en utilizar las estructuras arquitectónicas, sin aderezos decorativos, para obtener potentes perspectivas que nos guíen hacia el tema o hacia el espacio exterior. A veces, lo que sucede o, mejor dicho, lo que se sugiere que sucede más allá de la puerta o ventana abierta donde se desarrolla la escena es el verdadero protagonista del cuadro.
Predominan las escenas íntimas donde el tiempo pasa despacio y los personajes contemplan, reflexionan o son revelados en acciones cotidianas. Como en los recuerdos, lo superfluo es borrado. Destaca la figura femenina en espacios donde la luz y en ocasiones el mar también son protagonistas.
Alejandra nos emociona con sus escenas de silencios elocuentes y nos hace partícipes de un juego de miradas donde el espectador es una pieza activa que termina de dar el sentido último a la obra.
Alejandra Caballero: Web