Patatas fritas que se convierten en dunas, un cuaderno de anillas en el que se juega un partido de tenis, un peine convertido en el puente de una escena del folclore japonés o gafas de pasta que hacen de bicicleta; alrededor de cualquier objeto puede desarrollarse una fantástica escena en miniatura.
Es increíble el don que el japonés Tatsuya Tanaka tiene para imaginar realidades miniaturizadas a partir de objetos cotidianos a los que les da una nueva dimensión y un nuevo concepto, como increíble es el nivel de detalle que les da a sus pequeñas figuritas protagonistas.
Nos parece realmente increíble, una auténtica genialidad, trabajar y crear a esa escala; el resultado de las composiciones de Tanaka es espectacular y el tratamiento publicitario de sus capturas es realmente estimulante.
El arte del diorama es ilimitado, tanto como la imaginación y la capacidad de ensoñación que tiene la mente humana.
El diorama es un tipo de maqueta que muestra figuras humanas, vehículos, animales o incluso seres imaginarios como eje central de una composición, y se les presenta dentro de un entorno con el objetivo de representar una escena.
El proyecto de Tanaka, titulado "Miniature Calendar", consiste en que el artista lleva ya 7 años compartiendo una imagen diferente a diario, eso se traduce en que ha creado la friolera de más de 2.500 dioramas.
Tanaka publica periódicamente libros, calendarios y colecciones de tarjetas postales de sus fotografías favoritas que aparecen enumeradas en su web.
El detallista y delicado trabajo del artista japonés le ha llevado a contar con más de 1 millón de seguidores en las redes y a realizar exposiciones por todo el mundo, la última va a estar en Nagoya (Japón) hasta el 25 de noviembre de 2018.
La obra de Tanaka es el claro ejemplo de que pensar a lo grande, a veces, se traduce en plasmar en pequeño, y nos parece realmente mágico.
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