Vanessa Barragão da una segunda vida a los restos textiles, transformándolos en corales y fondos marinos. ¿Su intención? La de concienciarnos sobre la necesidad de preservar y cuidar oceános y mares.
Los productos químicos, la maquinaria necesaria y un consumo desmedido, hace que la industria textil sea una de las más contaminantes del mundo.
Esta diseñadora lucha por dar la vuelta al asunto y utiliza sus piezas para hacernos pensar. "Se trata de mantener mi "huella ecológica" lo más baja posible al crear obras de arte cuyo objetivo final es concienciar sobre las consecuencias fatales del calentamiento global, específicamente en los arrecifes de coral", argumenta la artista.
La diseñadora portuguesa pone el mar a nuestros pies para hacernos tomar consciencia de la urgencia de cuidar el lugar en el que vivimos.
Para la elaboración de esta instalación inmersiva, así como para el resto su trabajo, Vanessa ha utilizado técnicas artesanales como el macramé y el ganchillo. Sus abuelas y sus madres son tejedoras y hacen mucho crochet, por lo la creatividad y el amor por la artesanía le viene de familia.
Todos los materiales que utiliza son restos recogidos de las diferentes fábricas locales. Vanessa y su equipo seleccionan y limpian estos deshechos para convertirlos en fibras recicladas como el algodón y el lyoncell, y sobre todo, la lana: "Esta fibra natural es ecológica, no causa ningún daño a los animales para obtenerla y permite muchos tipos diferentes de aplicaciones a través de varias técnicas. Esas son las características que más me atraen de este material", explica.
Nació en Albufeira, en el sur de Portugal y es probable que esta cercanía al mar sea la que le haya llevado a adquirir un fuerte compromiso con el medio ambiente.
Después de estudiar Diseño de moda en la Facultad de Arquitectura de Lisboa y de aprender técnicas de alfombras en Beiriz Handicraft Maker, Vanessa ha fundado su propio estudio en Oporto, núcleo de la industria textil del país.
Coral Garden ha sido su última instalación. Cuatro meses de trabajo que han sido exhibidos en la feria internacional de Hannover, Domotex, hace unos días y cuyo resultado no nos puede gusta más. No solo por lo elaborado y especial de la obra, sino por utilizar el arte como herramienta de compromiso y conciencia.