¿Qué le sucede a nuestro cuerpo cuando alcanzamos el clímax durante una relación sexual?
Todos sabemos que la sexualidad y la mente están íntimamente unidas porque lo experimentamos en mitad de nuestras realciones, pero en esencia, después de décadas de estudios y siglos de curiosidad, seguimos investigando e intentando descubrir cómo funciona esa conexión y cuáles son los mecanismos que permiten alcanzar el clímax.
Según un estudio publicado por Adam Safrom (Universidad Northwestern) y su equipo en ‘Socioaffective Neuroscience & Psychology’, el orgasmo afecta a la actividad del cerebro.
Su modelo ha demostrado que, si se estimulan ciertos nervios de una manera concreta a una velocidad constante de manera repetida, se puede causar una reacción neuronal en cadena que provoca un estado de trance tan intenso que bloquea la percepción de todo lo demás, quedando relegado cualquier otro tipo de estímulo natural.
"El sexo es una fuente de sensaciones placenteras y conexión emocional, pero más allá de eso, también es un estado alterado de la conciencia".
Igualmente advierte que no se puede conseguir ese efecto con cualquier tipo de relación sexual. Solo el ‘ritmo’ es capaz de llevarnos a ese nivel, por lo que la sincronización es fundamental para que la señal se propague por el cerebro: “Las neuronas se alteran si son estimuladas múltiples veces dentro de un corto periodo de tiempo.”
Así que, para llegar al deseado clímax, hace falta mucho más que un polvo rápido. Es importante persistir y ser constante durante la relación a la hora de estimular las zonas erógenas para entrar en ese estado de trance y alcanzar el éxtasis.