Una azafata de 86 años obtiene el récord Guinness por llevar más de 65 años en las nubes
- Última actualización: 12 Diciembre 2022
- Estilo de vida
Decía José Saramago que la vejez empezaba cuando se perdía la curiosidad. Para algunas, la vejez empezará el día que dejen de volar, literal y figuradamente.
Aunque creemos que el exceso de trabajo es reducir la mayor parte de nuestra vida a hacer cosas que nos vemos obligados y obligadas a realizar por supervivencia, hay gente que disfruta mucho de las experiencias que les brinda su profesión y tienen la energía suficiente para alcanzar una longevidad laboral de récord.
Al caso de Virginia Oliver, la pescadora de 102 años sin intención de jubilarse, podemos sumarle ahora el de Bette Nash, una azafata de 86 años que ha entrado en el Libro Guinness de los récords por llevar 65 años ejerciendo su profesión.
Cuando Bette era una adolescente a principios de la década de los años 50, tomó su primer vuelo desde el Aeropuerto Nacional Reagan enamorada de "las apariencias elegantes y los modales amables de los miembros de la tripulación".
Poco después, en 1957, comenzó su carrera en la aviación con Eastern Airlines, que finalmente se convirtió en American Airlines. Más de 65 años después, Nash continúa su carrera en la industria, convirtiéndose en la azafata con más años de servicio en el mundo.
Mucho ha cambiado desde que comenzara a trabajar para la aerolínea; Eisenhower era presidente, los vuelos no requerían reservas y los billetes costaban solo 12 dólares. Los pasajeros incluso compraban un seguro de vida en una máquina expendedora antes de abordar.
Ella recuerda con cariño esta época de vuelo en la que usaba guantes blancos y servía langosta a los Kennedy. Nash también recuerda sus inicios en la aviación y aprecia los avances de hoy.
Los avances tecnológicos han ayudado con las tareas rutinarias. “Se acabaron esos días en los que los billetes eran escritos a mano o usábamos calcomanías para la asignación de asientos", reflexionó.
Bette incluso cuenta que los asistentes y asistentas de vuelo tenían que permanecer solteros y solteras, además de someterse a controles de peso para asegurarse de que mantuvieran cierta imagen.
Después de todos estos años, Nash disfruta de su trabajo y se enorgullece de trabajar como auxiliar de vuelo pudiendo compaginar sus jornadas con el cuidado de su hijo, que sufre una discapacidad. “Simplemente ha sido la carrera profesional perfecta. Me ha dado una salida a mi amor por la gente y me gusta pensar que he dado un buen servicio a los demás”, dijo.
Nash no tiene planes de cortarse las alas y terminar su carrera en la aviación. “Mientras tenga mi salud y pueda, ¿por qué no trabajar? Todavía es divertido”, dice. “Además, al menos he hecho mi Jubileo de Diamante, ¡al igual que la Reina Isabel!”.
Hay personas que tienen la suerte de vivir en las nubes toda esa vida que hay antes de emprender el vuelo definitivo.
Os dejamos aquí con la noticia.
Por Wine Not