No existe nada más relativo que el tiempo. Un minuto puede ser muy poco cuando se trata de estar con la persona que nos gusta o de vacaciones en la playa, pero ese mismo minuto se hace eterno cuando estamos esperando a que se caliente el café en el microondas, a que se termine la lavadora o si estamos haciendo una plancha en el gimnasio.
Si 1 minuto en posición de plancha se puede eternizar, imagina lo que pueden ser 4 horas y media, que se hacen largas hasta tumbado en un sofá viendo una película de Christopher Nolan.
Pues justo 4 horas 30 minutos y 11 segundos es el tiempo que ha estado una canadiense de 58 años, llamada Donna Jean Wilde, aguantando esta difícil posición de entrenamiento. Lógicamente, ha establecido un nuevo récord.
Madre de cinco hijos y abuela de 12 nietos, la hazaña de Wilde demuestra su intensa forma física, pero también su agilidad y fortaleza mental. Como te puedes imaginar, existen ciertos criterios que deben cumplirse para lograr este prestigioso título.
Según Guinness World Records, la forma de efectuar correctamente el ejercicio es la siguiente: “Para lograr con éxito el récord, los antebrazos y los dedos de los pies del retador deben tocar el suelo en todo momento. El resto del cuerpo debe levantarse del suelo y mantenerse recto constantemente”.
Wilde fue observada por la jueza oficial de los Guinness World Records, Tina Shi, quien supervisó su ejecución durante un evento que duró casi 5 horas y que tuvo lugar en la escuela de secundaria de la que Wilde fue subdirectora.
La deportista cuenta su experiencia y menciona que, sobre todo, las dos últimas horas resultaron ser un gran desafío.
Parte del establecimiento de este récord de aptitud física para Wilde incluyó su dedicación al entrenamiento físico. Ha hecho plancha durante 6 horas en total cada día, divididas en períodos de tres horas.
Este ejercicio en concreto se convirtió en su principal objetivo después de romperse la muñeca, ya que era el único que podía hacer. En sus descansos, Wilde estudió una carrera y veía películas.
Al sufrir dolor crónico en los brazos, está acostumbrada a superar el malestar físico. Randy, el marido de Wilde, afirma: “Ese dolor crónico y entumecimiento con el que se enfrenta todos los días la han ayudado a familiarizarse y superar esos síntomas".
La plusmarquista también se centró en mantener su forma, especialmente en la última hora. “Es como un sueño”. Su historia es un testimonio de la idea de que la aptitud física es importante y estimulante a cualquier edad.