Los animales con el cerebro más grande de todos los peces son, además, los seres vivos más adorables que existen bajo las profundidades marinas.
Con una sonrisa permanente, sin brazos y con unas pequeñas piernecitas que se mueven rápidamente para mantenerse a flote. Las crías de las mantarrayas son ese tipo de ser vivo que, al verlo, no podemos evitar soltar un “¡Oooh!” lleno de ternura.
Hay cientos de vídeos e imágenes en la red que evidencian con pruebas gráficas el nivel de adorabilidad que desprenden estos bebés marinos. Además, su gesto de felicidad constante resulta aún más tierno cuando nos fijamos en su morfología, que nos recuerda a un ravioli.
Con un poco de imaginación, vemos cómo los bebés de mantarraya parecen pequeños seres encerrados en unos raviolis que solo dejan espacio para sus pequeñas patitas, que no paran de mover en busca de una salida a esa trampa (deliciosa, por cierto).
Además de ser adorables, las mantarrayas son unos seres tremendamente curiosos: cuentan con el cerebro más grande de todos los animales marinos, son tranquilos y pacíficos con las personas y su tamaño puede ir de los 3, a los 9 metros de ancho.
Nosotros no podemos dejar de mirar a estos diminutos animales que no dejan de devolvernos una sonrisa, la misma que logran sacarnos con su mera presencia.