Como todas las minorías étnicas, la etnia Yao lucha por adaptarse a un mundo que evoluciona a la velocidad de la luz mientras trata de mantener una identidad cultural que la hace única.
También conocida como la etnia Mien, este colectivo se encuentra principalmente en el sur de China, pero también en áreas de Vietnam, Laos y Tailandia. Los Yao son conocidos por su rica cultura, su lengua, sus tradiciones y por un dato curioso: sus mujeres son las que tienen el pelo más largo del mundo.
Este pequeño pueblo, que sobre todo habita en Huanglou, lleva siglos manteniendo esta tradición capilar que se ha preservado de generación en generación.
Para conocer el origen de los Yao, hemos de remontarnos a un pasado muy remoto, a una historia que se inicia miles de años atrás, en las regiones montañosas del sur de China, especialmente en las provincias de Guangxi, Hunan, Yunnan y Guizhou.
Los Yao son uno de los 56 grupos étnicos que han sido reconocidos de manera oficial en China. Son hábiles en su adaptación a las montañas, por lo que su economía se construyó en base a la agricultura de subsistencia y al comercio de hierbas medicinales y artesanías.
La etnia Yao ha logrado mantener en gran medida sus costumbres originales, su idioma, vestimenta y los rituales ligados a la naturaleza. Y entre todos los elementos culturales que definen a este pueblo, hay uno muy especial vinculado a las mujeres Yao.
Dentro de esta comunidad formada por más de dos millones de habitantes, el subgrupo conocido como los Red Yao es el que lleva a cabo la tradición del cabello largo. El epicentro de esta tradición es el pueblo de Huangluo Yao, al que se le conoce como el “Pueblo del cabello largo”. Las mujeres Yao viven con devoción esta costumbre, y sus cabelleras pueden alcanzar hasta los dos metros de longitud.
Esta tradición es un símbolo de identidad, respeto y buena fortuna y además, simboliza una conexión directa y poderosa con la naturaleza y sus propios ancestros. En tiempos más antiguos, el cabello también era un símbolo de estatus social, y mientras más largo y hermoso era el cabello de una mujer, más respetada era dentro de su comunidad.
Otra simbología relacionada a sus pelos es la que tiene que ver con la madurez o el paso de niña a mujer. Las mujeres se cortan el cabello tan solo una vez en la vida, a los 18 años. Forma parte de un ritual en el que se deja atrás la niñez y se da paso a la vida adulta. A partir de ese momento, la mujer deja crecer su cabello nuevamente, cuidándolo y no volviéndolo a cortar.
Lógicamente, una melena de esa longitud requiere un cuidado especial que además también revela curiosidades sobre la cultura, la filosofía de vida y el folclore de esta etnia milenaria.
Estas mujeres lavan el cabello con agua de arroz fermentada, también llamada "agua de arroz de las Yao", porque es rica en aminoácidos, vitamina E, minerales y antioxidantes que fortalecen cada pelo y potencia su brillo.
Después de lavar el cabello, se lo recogen en un moño elaborado que cambia de acuerdo al estado civil de la mujer y su posición dentro de la familia. En la etnia Yao existen tres tipos de peinados: uno para las mujeres solteras, otro para las casadas y otro para las casadas con hijos. Esto permite a la comunidad reconocer la situación personal de cada mujer.
También debemos destacar que las mujeres Yao no utilizan ningún tipo de producto químico para realizar sus rituales de cuidado capilar lo que implica un respeto por la naturaleza.
Esta tradición ha despertado el intereses de muchos turistas que visitan el pueblo Huangluo para ser testigos de que hay tradiciones que merecen la pena resistir al paso del tiempo con el único objetivo de honrar a sus antepasados y conservar una identidad que va a contracorriente.