La unión hace la fuerza en cualquier circunstancia; es vital que los ciudadanos alcemos la voz cuando algo nos parezca injusto, que reividiquemos nuestros derechos pero también es vital saber cómo.
No es lo que se dice, es cómo se dice y en Hong Kong han dado una auténtica lección a la hora de manifestarse por un asunto tan delicado como es el proyecto de una polémica y controvertida ley de extradicón.
Las protestas que han agitado la ciudad de Hong Kong se deben a este proyecto de ley que permite que los "sospechosos" sean llevados de vuelta a China continental para ser interrogados y juzgados, lo que ha reabierto viejas heridas y quejas y pondría en peligro la utonomía que Hong Kong tiene con respecto a la República Popular China.
La ley que quiere implantar la jefa del Gobierno Local, Carrie Lam pondría en peligro el acuerdo de "un país, dos sistemas" y afectaría al marco de las libertades y autonomías de las que goza Hong Kong desde que en 1997 fuera devuelta por los ingleses al Gobierno Chino.
Los intentos del Partido Comunista de China para imponer aún más su voluntad, se han traducido en protestas a favor de la democracia y, los activistas han encontrado su voz en el "Umbrella Movement" de 2014 que ocupó gran parte de Hong Kong durante 79 días.
Se estima que alrededor de 2 millones de personas, el 25% de la población, han participado en las protestas hasta el momento, y han obligado al gobierno local a reconsiderar su postura, sin embargo, han mostrado absoluta disciplina, unidad y respeto por su ciudad, en un claro ejemplo de lo que sería el poder pacífico de una multitud.
El temor de muchos ciudadanos de Hong Kong a la introducción de este proyecto de ley de extradición es que las autoridades podrán atacar a los opositores y críticos políticos y eso causaría una clara erosión de sus libertades.
Los índices de condenas son extremadamente altos en China continental, con denegación de representación, tortura o detención arbitraria.
A pesar de que las autoridades disolvieron las manifestaciones de manera violenta y que ahora se pide la dimisión de Lam, los hongkoneses siguen en su lucha por la libertad y sus derechos civiles, y lo siguen haciendo de manera pacífica, dando un ejemplo mundial de unión y de sentido común.
h/t: Bored Panda