A casi todas las personas creativas les ha pasado alguna vez en su vida: se han topado con un momento de falta de inspiración que incluso puede derivar en una crisis creativa.
Esta situación es tan común que no debería causar sobresalto en quien la sufre, sin embargo, es complicado no angustiarse por ella.
Si el problema se vuelve agudo y afecta a otras facetas de la vida de la persona creativa, es recomendable consultar con un profesional de salud emocional y estado psicológico.
Aparte, se pueden poner en práctica una serie de trucos para salir del socavón y volver a reencontrarse con la inspiración.
1. Cambiar a otra actividad
Alternar entre tareas es una pausa respecto a la actividad en la que estamos teniendo problemas. Es una forma de descanso sin detener la productividad. Por ejemplo, si estás preparando una presentación con el ordenador, ponte a escribir en papel las tareas que tienes pendientes.
2. Hacer deporte
La respuesta fisiológica a la actividad deportiva repercute de manera positiva en una mente atascada. Las sustancias químicas que se liberan en el cerebro son una “recompensa” que contrarresta el estado de negatividad.
3. Aceptar que no siempre se puede estar en un momento álgido de energía
Los momentos de bloqueo pueden servirnos para aceptar que los estados emocionales van y vienen, que no siempre se puede estar bien. La aceptación y la espera, es el primer paso para resurgir.
4. Dormir
Cuando dormimos procesamos información y consolidamos recuerdos. Según la «teoría de la consolidación del sistema activo», durante la fase de sueño de onda corta se repite la conexión neuronal y el cerebro "revive" las experiencias, pudiendo así fijar los recuerdos, que son esenciales para aprender y crear.
5. Desconectar de las pantallas
El uso continuado y abusivo de redes sociales puede provocar un síndrome de ansiedad por estar constantemente publicando qué hacemos. También nos distrae con frecuencia de nuestras tareas y las distracciones rompen el proceso creativo. Dejar el teléfono móvil puede ayudarnos a centrarnos y escuchar tan solo nuestra propia voz.