Hay algo inexplicable que hace que nuestra mente y nuestro cuerpo conecten con la naturaleza, sus cambios y sus procesos.
Como ocurre cada año, el 21 de diciembre de 2024, a las 9:21 UTC, ocurrirá un evento astronómico que ha fascinado a la humanidad desde tiempos ancestrales: el solsticio de diciembre.
Este fenómeno, que marca el día más corto del año en el hemisferio norte y el más largo en el hemisferio sur, no solo señala el cambio de estaciones, sino que también nos conecta con el ritmo cósmico del universo.
El solsticio de diciembre ocurre debido a la inclinación del eje terrestre, que se mantiene en un ángulo constante de 23.5 grados respecto al plano orbital. Durante este momento específico, el hemisferio norte está inclinado más lejos del Sol, lo que reduce las horas de luz diurna, mientras que el hemisferio sur se orienta hacia el Sol, disfrutando de días más largos.
En términos astronómicos, este evento marca el momento en el que el Sol alcanza su posición más baja en el cielo del hemisferio norte, y su punto más alto en el hemisferio sur, dando lugar a la transición hacia el invierno boreal y el verano austral.
Este fenómeno siempre ha tenido una carga simbólica. Civilizaciones antiguas como los mayas y los egipcios observaron con reverencia el solsticio de diciembre, alineando monumentos y templos con los rayos solares de esta fecha.
Para estas culturas, el solsticio no solo era un marcador temporal, sino un evento profundamente espiritual. Representaba el triunfo de la luz sobre la oscuridad, una promesa de renovación y esperanza mientras los días comenzaban a alargarse gradualmente.
Desde una perspectiva científica, una de las maravillas del solsticio de diciembre es observar cómo el Sol parece "detenerse" en su trayectoria por el cielo (de ahí el origen de la palabra "solsticio", que en latín significa "Sol detenido"). Durante algunos días, la posición del Sol al amanecer y al atardecer permanece casi fija antes de iniciar su retorno en dirección opuesta.
En las latitudes altas, el efecto es especialmente curioso. En el Polo Norte, por ejemplo, el solsticio marca el punto medio de un período de oscuridad total que dura seis meses. En contraste, el Polo Sur disfruta de 24 horas de luz solar continua. Para los habitantes de estas regiones extremas, el solsticio es más que un fenómeno astronómico: es una experiencia de vida.
El solsticio es un momento ideal para reconectar con los ciclos naturales, ya sea a través de la meditación, rituales espirituales, o simplemente observando el cielo. Actividades como registrar la posición diaria del Sol, encender velas para simbolizar el retorno de la luz o incluso disfrutar de una caminata en la naturaleza pueden ayudarnos a apreciar este evento astronómico.
En un mundo donde la vida moderna nos desconecta de los ciclos cósmicos, el solsticio de diciembre nos recuerda que somos parte de un sistema más grande. Su observación nos permite reflexionar sobre nuestra existencia, nuestro impacto en el planeta y nuestra conexión con algo mucho más vasto que nosotros mismos.
Este 21 de diciembre tómate un momento para mirar al cielo y sentir la inmensidad del universo en movimiento. Porque, al final, el solsticio no solo marca el inicio del invierno o el verano: también es una oportunidad para celebrar nuestra conexión con el cosmos y el milagro de estar vivos.
Horarios locales para este momento mágico:
- CDMX, México: 21 de diciembre, 03:21 CST
- Buenos Aires, Argentina: 21 de diciembre, 06:21 -03
- Cartagena, Colombia: 21 de diciembre, 04:21 -05
- Santiago, Chile: 21 de diciembre, 06:21 -03
- Madrid, España: 21 de diciembre, 10:21 CET
Gracias a Pijama Surf.