Freddie Oversteegen, la adolescente por la que muchos jóvenes nazis neerlandeses cayeron en una trampa mortal con la excusa de intimar en el bosque.
En su juventud, Freddie Oversteegen, una anciana encantadora que en la actualidad tiene 91 años, fue una de las pocas mujeres que participó activamente en la resistencia holandesa durante la Segunda Guerra Mundial junto con su hermana Truus y la célebre Hannie Schaft.
Cuando Freddie tenía tan solo 14 años y su hermana 16, un hombre llamó a la puerta de su casa presentándose como un miembro de la resistencia contra los nazis holandeses. Sin ningún reparo, se acercó a las niñas en presencia de su madre y les pidió que comprendieran la importancia de su participación en la guerra. Tras exponer las condiciones de su peligrosa actividad, tanto las adolescentes como su madre consintieron.
Aquel hombre les prometió entrenamiento militar y las niñas en seguida imaginaron que iban a formar parte de un ejército secreto, sin embargo, la realidad con la que se encontraron fue muy diferente. Su función como colaboradoras activas contra el nazismo supuso poner en riesgo su integridad moral y su propia vida. Ambas hermanas hacían de cebo sexual para atraer a soldados nazis de todas las categorías, incluidos oficiales. Coqueteaban en los pubs con los jóvenes armados y los engatusaban hasta convencerles de que les siguieran al bosque, con la promesa de obtener algo más que un par de miradas y palabras amor. Allí, los muchachos no duraban ni un minuto. Los antifascistas los recibían a punta de pistola y los ejecutaban en el acto con un disparo a quemarropa.
Aunque parezca increíble, después de su labor durante la guerra, Freddie pasó prácticamente desapercibida. Fue Truus, su hermana mayor, quién más tarde logró la fama gracias a su obra artística y a los discursos que dio durante los Días de la Conmemoración de los Caídos en la Guerra. Ha sido protagonista de un documental y ha ofrecido algunas entrevistas, pero su presencia mediática en la actualidad es muy limitada. Prácticamente solo aparece ante las cámaras una vez al año, siempre el día de la conmemoración de los caídos, evento al que ha seguido asistiendo durante toda su vida sin faltar una sola vez.
Por Adela M. Sevilla