El neurocientífico y profesor de la Universidad de Stanford, Andrew Huberman, revela los hábitos principales con los que se consigue un mayor rendimiento.
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Internet está lleno de consejos rápidos y soluciones fáciles para mejorarnos. Gran parte del contenido que prolifera en pódcasts y redes sociales son consejos más o menos cortos, de supuestos expertos que prometen velozmente transformar tu vida, generalmente con el menor esfuerzo.
Dentro de este terreno insidioso, Andrew Huberman, un destacado neurocientífico de la Universidad de Stanford, se ha convertido en la fuente más buscada para optimizar la vida con base a protocolos científicos.
Más allá de buscar soluciones mágicas o productos milagrosos, el profesor propone centrarse en cinco pilares fundamentales para fortalecer tanto la salud mental como física: sueño, luz solar, movimiento, nutrición y conexión social. Aunque la mayoría son evidentes, no está de más incidir en ellos y entender por qué son tan importantes.
1. Sueño
Huberman enfatiza que dormir las horas suficientes es el mejor aliviador de estrés, liberador de traumas, potenciador inmunológico y estabilizador emocional. Recomienda establecer una rutina de descompresión antes de dormir, mantener horarios regulares de sueño y asegurar un ambiente oscuro y fresco para mejorar la calidad del descanso.
2. Luz solar
La exposición a la luz solar, especialmente por la mañana, es crucial para regular el ritmo circadiano del cuerpo. Esto no solo ayuda a despertar al cuerpo, sino que también facilita un mejor descanso nocturno. Además, la luz solar es una fuente esencial de vitamina D, vital para fortalecer los huesos y el sistema inmune, y potencialmente beneficiosa para la función cerebral y la memoria.
3. Movimiento
La actividad física regular es fundamental para mantener el cerebro y el corazón saludables y reducir el estrés. Huberman sugiere incorporar una combinación de resistencia, movilidad y cardio en la rutina semanal, acorde con las pautas que recomiendan al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a vigorosa por semana, complementados con entrenamiento de fuerza.
4. Nutrición
Adoptar una dieta equilibrada rica en una variedad de alimentos integrales como frutas, verduras, nueces, semillas y legumbres. Estos alimentos nutren y mantienen el cuerpo saciado por más tiempo, además de fortalecer el microbioma intestinal, mejorando la función inmune y cerebral. Huberman también reconoce los beneficios del ayuno intermitente, que puede reducir el riesgo de enfermedades cardiacas, obesidad y diabetes.
5. Conexión social
En un mundo donde la soledad se ha convertido en una epidemia, mantener conexiones sociales sólidas es esencial para la salud mental. Estar socialmente conectado puede reducir el riesgo de demencia, depresión y ansiedad, y es tan vital para nuestra salud como la dieta y el ejercicio. Participar en voluntariado, grupos de actividades o hobbies puede fortalecer este sentido de conexión.