Fue a la madre, Sharalee Armitage Howard, artista, bibliotecaria, antigua encuadernadora de libros a quien se le ocurrió la idea al no tener más remedio que verse obligados a cortar un álamo de 110 años de su jardín por su tan deteriorado estado.
Inspirada por la organización sin ánimo de lucro, Little Free Library, Sharalee pensó que podían crear este archivo único en el tocón del árbol.
Ilusionados, empezaron por esculpirlo desde el interior, para colocarle después una estantería y acabar decorándolo con un pequeño tejado y una puerta cristalera que le da un aspecto mágico, de cuento y que permite a los transeúntes llevarse gratis a casa o donar libros.
La biblioteca también cuenta con iluminación interior y exterior y unas escaleras que permiten un fácil acceso.
Little Free Library promueve el amor por la lectura. Desde 2009, esta entidad ha ayudado a instalar más de 75.000 repartidas por 88 países, y a que anualmente se hayan intercambiado millones de libros y a conseguir con ello que el mundo sea un lugar un poco más amable.
Además de la gran labor que hacen, otro de los encantos de este movimiento es la personalización de cada una de estas bibliotecas.
No desesperemos si no somos unos manitas o sino tenemos troncos de árboles a mano, Little Free Library ofrece kits prefabricados para montar nuestra propia biblioteca.
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