Para el genio y filósofo alemán un buen lector comprende que es mucho más importante saber qué no leer que saber qué leer. Considera que los malos libros son un veneno intelectual que destruye las mentes.
Arthur Schopenhauer fue uno de los grandes lectores de todos los tiempos. Tuvo la suerte de ser heredero de una fortuna que le permitió pasar gran parte de su vida leyendo lo mejor de la literatura europea y clásica y reflexionando sobre todas las ideas y los conocimientos que adquiría.
En sus ensayos y aforismos, Schopenhauer reflexiona sobre lo que podemos llamar el arte de no leer con el fin de ser un mejor lector. Schopenhauer, conocido por su pesimismo filosófico, se ocupa aquí de la corrupción literaria que, según él, monopoliza los recursos que deberían estar dedicados a obras de mayor calidad.
"Dondequiera que uno vaya, de inmediato se encuentra con la incorregible multitud de la humanidad. Esta multitud monopoliza el tiempo, el dinero y la atención que realmente pertenecen a los buenos libros y sus nobles objetivos.
Recuerden más bien que el hombre que escribe para los tontos siempre encuentra un gran público. Solo lean por un tiempo limitado y definido, exclusivamente las obras de grandes mentes, aquellos que superan a los demás hombres de todas las épocas y países y a quienes la voz de la fama señala como tales.
Estos son los únicos que realmente educan e instruyen. Nunca se puede leer demasiado poco de los malos libros o demasiado de los buenos. Los malos libros son veneno intelectual; destruyen la mente".
Una de las preocupaciones principales de Schopenhauer es cómo la literatura de baja calidad desvía la atención de las verdaderas obras maestras. Sugiere que los malos libros actúan como parásitos que extraen energía y recursos de las obras valiosas.
Schopenhauer también critica duramente la naturaleza mercantilista de la industria editorial, afirmando que "nueve décimas partes de toda la literatura tiene como único objetivo sacar unas cuantas monedas del bolsillo del público". Esto refleja su visión del estado de la producción literaria como una empresa impulsada principalmente por el afán de lucro, donde autor, editor y crítico han unido fuerzas para explotar al público.
El filósofo y pensador vislumbró lo que está pasando en nuestra actualidad. Existe un culto a la novedad y a lo utilitario. Los escritores comerciales han manipulado a la sociedad para que lea las obras más recientes simplemente porque son populares, en lugar de las verdaderas obras maestras.
Hoy en día, las palabras de Schopenhauer pueden parecer elitistas e incluso discriminatorias, aunque la finalidad de las mismas sean que la mayor cantidad de personas puedan ser tocados por la gran literatura, por las mejores mentes de la humanidad que viven, casi exclusivamente, en los buenos libros.
Quizás la virtud esté en saber poder equilibrar las lecturas sesudas con las que simplemente provocan un placer banal, pero lo de los placeres banales es harina de otro costal.
Gracias a Pijama Surf.