El arquitecto Henry Glogau ha diseñado una tecnología que aprovecha todo lo que nos brinda el cielo y se recarga a sí misma con la sal sobrante.
Abrir el grifo y servirnos un vaso de agua, preparar cualquier alimento en una olla hirviendo, ducharnos, poner una lavadora e incluso ir al baño son tareas tan básicas y automatizadas para nosotros, que ni siquiera nos ponemos a pensar en que mucha gente no puede ni permitírselas en cuestión de segundos porque les falta lo más esencial: el agua.
El agua es vida, es la fuente de la que brota y bebe toda la existencia, pero también es un recurso escaso para una gran cantidad de población mundial que sufre de escasez hídrica.
Solventar el problema no es una tarea sencilla, ni barata. Ahora, el arquitecto Henry Glogau ha conseguido una solución sostenible, sencilla y asequible para que caiga agua del cielo, pero, esta vez, potable.
El diseño, bautizado como Solar Desalination Skylight (tragaluz de desalinización solar), funciona a través de una claraboya instalada en el techo de la casa. Emite luz, produce agua potable y usa los restos de sal para generar energía.
Esta lámpara de techo tan especial ha sido diseñada por Glogau, quien trabaja para la unidad de innovación de 3XN en Copenhague, en colaboración con la comunidad chilena Nueva Esperanza, en Mejillones.
El arquitecto buscaba crear un diseño adaptable, fácil de usar, autónomo, que no necesitara de una tecnología muy desarrollada para poder funcionar y, además, que fuera respetuoso con el medioambiente y la comunidad donde se instalara por primera vez.
Durante la luz LED de la lámpara se carga con un pequeño panel solar y mediante la sal restante de la evaporación de un conjunto de baterías que funciona con este mineral. Las 12 pilas son la fuente de energía que pone en funcionamiento la claraboya durante la noche mediante una reacción química.
De esta manera, se consigue que de la punta del tragaluz salga un chorro de agua potable y totalmente sostenible que no necesita ningún tipo de objeto externo para funcionar.
Henry Glogau ha logrado crear una lámpara capaz de crear agua potable a base de luz solar y se recarga a sí misma. Un diseño completamente eficiente, sostenible y fácil de usar que nos advierte de la escasez hídrica y que, por su diseño, ha logrado ganar en la categoría de Responsive Design en los Design Educate Awards.
Solar Desalination Skylight es el ejemplo de que el diseño puede mejorar nuestras vidas, no solo como individuos, sino como sociedad.