Adentrarse en lo más profundo de nuestro ser, a la conquista de uno mismo. La verdad brota desde la intimidad más profunda hasta nuestros confines cotidianos. Todo está en las calles, la vida late con todo su esplendor ahí fuera.
El mundo es esa mole incomprensible que emana belleza y dolor a partes iguales. El tiempo, los sucesos y las vidas se dinamitan con la crueldad del peso del tiempo, pero para eso nacen los testigos, para labrar recuerdos y enterrar olvidos.
Su estela caló hondo en artistas como Robert Mapplethorpe o Herb Ritts y su paso breve por este mundo supuso una grieta de luz en otros universos hasta entonces poco explorados.
Junio ha desplegado sus alas a golpe de grados y de ganas de disfrutar de los que son los días más largos y luminosos del año.
El viaje como metáfora de la vida y trabajar a través de la infancia y del territorio, es lo que hace el fotógrafo Jose Manuel Navia, quien nos lleva de la mano a esos lugares comunes a través de sus fotos y de la memoria en esta maravillosa exposición en la que confiesa haberse sentido un ser muy libre.
El fotógrafo comparte con Cultura Inquieta su pasado, retratado en una exposición que puede visitarse en Leica Store Madrid.
Inmersos de lleno en mayo, el mes en el que explotan la vida y la luz y el color toman el pulso de la calles, nos asomamos con emoción a la agenda programada por Leica Store.
Hay viajes que son mucho más que la distancia recorrida entre varios puntos geográficos y que se convierten en una ruta capaz de marcar nuestra vida.
Tomarle el pulso a la vida y crear un vínculo entre aquello que sentimos y lo que observamos es lo que experimentamos con la fotografía y el motivo por el que nos abrazamos a Leica, la icónica factoría alemana de fotografía y de sueños.
Vivimos y nos comunicamos de forma multimedia, la información nos llega simultáneamente a través de todos nuestros sentidos.