La vida está tan llena de sorpresas que, a veces, cuando menos te lo esperas te encuentras ante ti con una obra de arte. Ya no hace falta atravesar las puertas de un imponente museo para contemplar obras maestras, quizás ahora basta con mirar hacia el suelo.
Es muy rica la variedad de colores que ofrecen los paisajes y las culturas propias de los países que conforman nuestros continentes. Si pensamos en África, por ejemplo, seguro que nos viene a la mente una policromía de tonos cálidos.
En Turquía hay un lugar donde poder dormir en un lugar que convive entre el lujo contemporáneo y la Historia de la Humanidad, todo un viaje al pasado desde las máximas comodidades.
Hay belleza y potencial en absolutamente todo lo que podamos ver, tocar o sentir y, aunque cada ente es único e irrepetible, todo es susceptible de de ser reinventado y reinterpretado.
Si hay un rastro de losetas célebres en nuestro imaginario, ese es el camino de baldosas amarillas que dirige a Dorothy y su fiel compañero Toto hasta el maravilloso mundo de Oz.
2.000 años ha estado escondido ,en los escombros del tiempo, este tesoro que ha dejado maravillada a la comunidad mundial de arqueólogos.
Los mosaicos son esas creaciones que, como los puzzles, crean formas y composiciones con pequeñas teselas o guijarros que se disponen sobre suelos y paredes e hicieron acto de presencia en el S.V a.C.
Si unimos libros con instalación artísica y con el encanto que tienen ya de por sí las librerías, el resultado es el siguiente.
Raymond Isidore no planeaba convertirse en un artista, y mucho menos en un escultor que cubriría casi todas las superficies de su pequeña casa con relucientes mosaicos.
El creativo diseñador y artista nacido en Barcelona, Javier de Riba ha trabajado en varias agencias y estudios en el puesto de Director Artístico.