"Facekini", la máscara para la playa que triunfa en las playas chinas
La crema solar no parece suficiente para la población, que ha decidido añadir un accesorio que mantenga su piel bien blanca.
La crema solar no parece suficiente para la población, que ha decidido añadir un accesorio que mantenga su piel bien blanca.
Hay imágenes que de un vistazo te transportan a una emoción tan profunda como la que sentimos en la época estival.
Hay algo que tenemos totalmente claro, la naturaleza y sus entornos lucen plenamente bellos cuando son intervenidos por la propia naturaleza y sus fenómenos.
La naturaleza es un ente vivo cuya única constante es el cambio y, cuando se funde con el arte, el resultado es una efímera existencia de delicada y asombrosa belleza.
Se la conoce como la ciudad en la que nadie es forastero, por la hospitalidad con la que te acogen sus gentes; es Marineda, porque así la bautizó Emilia Pardo Bazán; es también la noble ciudad de cristal, por sus emblemáticas galerías; y, a su vez, la ventana que mira al mar, una ventana acristalada a la que asomarse para disfrutar de la brisa fresca del Atlántico.
Ahora que pasamos tantas horas en la playa buscando conchas, tesoros y piedras encondidas, nos podemos sentir profundamente inspirados por las obras de arte de Justin Bateman.
A parte de leer, escuchar música, jugar a las palas, nadar o ver un atardecer infinito, uno de los pasatiempos más socorridos en la playa, es, sin lugar a dudas, levantar castillos de arena pero, hay gente que está a otro nivel.
Casi todos tenemos un recuerdo infantil tomando un largo baño mientras jugábamos con todos esos juguetes flotantes con los que creábamos historias o imaginábamos mundos que no había fuera de nuestros cuartos de baño.
Muchos de la generación de los 80 y los 70 crecimos con fobia al agua y a las playas por culpa de esa película que el genio Steven Spielberg popularizó en 1975; "Tiburón" marcó un antes y un después en el cine de terror estival en particular, y en el séptimo arte en general.
Guijarros naturales a modo de cantos rodados y piedras de playa que la artista Natasha Newton convierte en preciosas pinturas.