Durante este último año hemos descubierto a un puñado de enemigos invisibles que han puesto en jaque nuestras vidas.
La pandemia, el miedo y el confinamiento han configurado un triángulo en nuestra manera de asomarnos a la realidad, a la nueva realidad. Han sido numerosos periodistas y fotógrafos los que han ejercido de cronistas de un momento, tristemente, histórico.
Como, por ejemplo, Imanol Rimada Martínez, un jóven fotógrafo natural de Oviedo que lleva colaborando, desde que acabó sus estudios, con distintos medios de comunicación en Asturias. Trabaja principalmente como corresponsal de zona centro, para el Diario el Comercio, pero también para la agencia europapress.
Hace unos días ha recibido un premio nacional del ejército a la mejor serie compuesta de seis fotografías, titulada el enemigo invisible.
Su manera de entender la fotografía es meramente documental. Rimada nos confiesa que se considera un fotoperiodista más que un artista y asume que la fotografía es su herramienta para contar historias, intentando que la manera de transmitirlas sea siempre lo más objetiva y humana posible.
El enemigo invisible es un reflejo de su trabajo diario durante el confinamiento de 2020, las fotografías fueron tomadas el 1 de abril en Pola de Siero, Asturias, y plasman las labores de desinfección por parte de la BRILAT en las estaciones de ferrocarril y autobús de la ciudad.
En aquel momento estando encerrados y con las calles vacías, todo parecía de “película”, autopistas y carreteras sin tráfico, el silencio sepulcral, y militares por las calles, te hacían creer que estabas viviendo en un film apocalíptico. Este trabajo es un reflejo de aquellos momentos y sentimientos.
Imanol Rimada: zip.news