La soledad no entiende de habitantes ni de números inabarcables. Tampoco de edades, ni de condiciones. Es una insignia que nadie quiere llevar sin haberla elegido.
Alex Gracia empuña su cámara con gran honestidad. Su fotografía es sincera, asertiva, de esas que hacen "pum" en el corazón. Sin artificios y con la luz a favor para contar cada historia. Historias que hablan sobre la tristeza y la soledad. De abrazos rotos y de protagonistas que se dan la espalda en un acto de rebeldía poética.
"Mi interés se dirige a explorar el lado menos visible de las personas, mostrar la soledad que sufrimos, la tristeza, retratar situaciones que recojan como nos sentimos en un mundo completamente conectado en el que reina la desconexión."
El fotógrafo zaragozano se confiesa como una persona apasionada, empática, crítica y muy curiosa. Con solo 19 años, siente una poderosa fascinación por el arte y las personas, que son el epicentro emocional de su obra. A Alex le mueve hurgar en las situaciones cotidianas del día a día para convertirlas en pequeños versos visuales.
"El mundo audiovisual me proporciona una herramienta muy útil a la hora de narrar este tipo de situaciones, que junto al color, lugar y persona convierto en una historia. En pocas palabras el propósito de mi trabajo es poner de manifiesto ciertas caras de nuestra humanidad que por algún motivo permanecen más ocultas o esconden algún tipo de tabú."
"La fotografía es y ha sido mi pasión, pero no por poder capturar imágenes, sino por hacer de la fotografía una comunicación emotiva, mediante la fotografía busco decir algo, "darle voz a lo que siento". Entiendo la fotografía como un arte visual, en el que nos dejamos afectar, para transportarnos a otro lugar, de la mano de la sinceridad y la confianza, para llevar ese sentimiento en su estado más puro a la imagen."