Al principio la fotografía era para Francisco una forma de dar salida a su instinto creativo, ahora que le han diagnosticado Parkinson se ha convertido en una necesidad y aquello que le obliga a seguir creando.
Fue entonces cuando la foto pasó a ser aquello que hace que en lugar de quedarse en casa coja la mochila y salga a recorrer calles y playas, cámara y trípode en mano.
"Cuando me diagnosticaron la enfermedad, mi primer pensamiento fue mirar mis manos e imaginármelas sin poder sujetar bien la cámara por los temblores, pero después, pensé con optimismo que no había problema, pues tenía un trípode", explica Francisco, "para mí la fotografía tiene un efecto terapéutico".
Empezó haciendo fotos familiares hace 20 años, ahora su mirada se dirige más hacia lo conceptual y la fotografía de calle. Nos cuenta que a través de esta última intenta "reflejar lo aislada que está una sociedad más pegada a un teléfono móvil que a su entorno más cercano", mientras que con la fotografía conceptual se permite transmitir una idea generalmente abstracta, abierta a muchas interpretaciones.
Como nieto de pescador le tira mucho la mar y por eso empezó a hacer fotos a pie de orilla, hasta que un día se paró a pensar que, como forma de protesta, el mar nos devuelve a la orilla todo aquello que le hemos tirado "para recordarnos que nada desaparece, que, como si de un boomerang mal lanzado se tratase, tarde o temprano esa basura vuelve para golpearnos con su presencia en un sucio mar gris".
Así surgió su serie de mares y playas en la que aparecen objetos y elementos materiales susceptibles de diversas interpretaciones por parte de quien los observa y en la que el espectador tiene la última palabra.
"La fotografía conceptual me permite transmitir una idea generalmente abstracta, abierta a muchas interpretaciones, aunque yo la veo o le doy un punto de vista ecológico con cierto toque de humor, cuando de playas se trata. O de crítica ante un exceso de símbolos, de elementos de comunicación urbanos (señales de tráfico, por ejemplo)", nos cuenta.
Francisco también hace fotografía de viajes, aunque acostumbra a "huir de los lugares céntricos para moverse por las periferias de las grandes ciudades y los polígonos industriales buscando cierto grafismo y desolación que no encuentras en las zonas más típicas, más habituales, más saturadas de los centros urbanos".
Sin duda todo un ejemplo de superación y de como una disciplina como la fotografía nos puede ayudar cuando las cosas se nos ponen difíciles.
"… tengo Parkinson y con la fotografía intento romper el muro del aislamiento al que te somete la enfermedad."
–Martín Cobos
Francisco Manuel Martín Cobos: Web