El peor enemigo del ser humano es la incertidumbre, que suele ir de la mano con el miedo. Somos tan vulnerables que la palabra esperar de espera debería despojarse de esa acepción. Sin embargo, esperar de esperanza es distinto, una especie de placebo necesario para sobrevivir.
Esperamos y esperamos, a que se resuelvan las cosas, que mejoren, que lleguen, que se disfruten, que se vivan y que se olviden. Tememos perdernos por el camino mientras se cumplen las fechas y vencen los plazos. Queremos aferranos a la vida como cuando éramos pequeños y jugábamos sin parar.
Aceptar, esperar, desdramatizar, amar, ser fuertes, el camino tiene sus durezas y sus maravillas. Es un proceso continuo de aprendizaje que nos va haciendo fuertes.
Jaime Oriz es un fotógrafo que sabe bien de las esperas. En los últimos meses ha recopilado una serie de imágenes en varios hospitales. Han surgido de la necesidad. Este último año ha pasado muchas horas en centros sanitarios. Familia y enfermedad, el signo de este tiempo.
En mi última visita, decidí llevar una cámara para realizar fotos y retocarlas desde el móvil; una forma de acelerar el tiempo y escapar del aburrimiento que dan esas salas de espera.
Un mañana entró un rayo de sol por la ventana y lo vio claro: allí estaban los colores, la luz y la melancolía propia de esos lugares. Encontré un camino a seguir, y ahí surgió este ‘Diario en una sala de espera', que lo fue plasmando en sus redes sociales.
Mi primera intención era reflejar la soledad y el vacío que nacen de estar en un hospital, a la espera de noticias por boca de una persona con bata. Quería compartir el contraste de emociones a través de la oposición de color y la ausencia de elementos humanos. Esto último lo tenía muy claro: son imágenes de ausencia.
El proyecto creció y Oriz perfiló el objetivo final: reivindicar la importancia de estos espacios, lo que supone estar obligado a pasar días y semanas en ellos. Pero sobre todo, esta colección es un recuerdo de la soledad por la que pasan muchos pacientes, algunos muy cercanos al artista y más aún en los últimos meses, y un homenaje a todos los sanitarios que recorren estos espacios a diario y que han acompañado a nuestros seres queridos cuando más lo han necesitado.
En estos momentos, estas imágenes se pueden ver en el Ámbito Cultural de Zaragoza, hasta el próximo 14 de julio.
Jaime Oriz: Instagram