El arte es algo que abarca una inmensidad de perspectivas que han sido comprendidas y apreciadas con el paso del tiempo. Un buen puñado de los que ahora son considerados como grandes maestros, no fueron entendidos en su momento.
Ya fuera por visionarios, por locos, por disruptivos o por atreverse a romper con los cánones que sus respectivas épocas marcaban, grandes figuras como Vincent Van Gogh, El Greco o Jackson Pollock fueron ridiculizados por la crítica y el público en un momento en el que nadie sabía que estaban cambiando el rumbo del arte.
Lo que está claro es que el mundo siempre ha sido (y será) de esas personas valientes que tienen la osadía de ir contracorriente haciendo aquello en lo que creen, aunque el precio que tengan que pagar sea tan alto que muchas mueran sin saber lo relevantes que son.
El tiempo, en muchas ocasiones, acaba dando la razón demasiado tarde, pero la huella que estos genios dejaron ya no puede ser borrada por la incomprensión o las malas críticas. Te dejamos con un breve repaso por la vida y obra de diez enormes pintores que no fueron entendidos.
Doménikos Theotokópoulos “El Greco”
El famoso pintor griego de los rostros y las anatomías alargadas ejerció una gran influencia en el movimiento artístico post-bizantino. Su formación artística contó con la singularidad de tener tres grandes influencias: la formación bizantina, el alto renacimiento que aprendió en Venecia y el manierismo que conoció en Roma.
Sin embargo, los críticos de su época argumentaban que se trataba de un “pintor loco” y que su arte era muestra de su locura. No fue hasta el siglo XX, que empezó a hablarse de él como uno de los artistas más importantes de la última etapa del Renacimiento, a pesar de que él murió pensando que era un excéntrico y un marginal.
Johannes Vermeer
El hombre detrás de la icónica obra La joven de la perla gozó de cierto reconocimiento en vida, pero no disfrutó de fama y riquezas porque de hecho, dejó a su familia endeudada tras su fallecimiento.
Con un gusto por plasmar en sus lienzos la vida de la clase media holandesa, tuvo reconocimiento póstumo siglos después, en el momento en el que se destacó su espléndido uso de la luz y fue considerado como uno de los mejores pintores holandeses de la edad de oro.
Vincent Van Gogh
Actualmente, los cuadros de Van Gogh han sido de los que han alcanzado los precios más altos en subastas, decoran todo tipo de prendas de ropa y generan todo tipo de merchandising. Además, visten las paredes de algunos de los museos más prestigiosos del mundo y se estudian en todas las facultades de Bellas Artes. La realidad del pintor es que no vendió ni uno sola de sus obras en vida.
El postimpresionista que produjo más de 2.100 obras de las que 860 fueron óleos, vivió en la pobreza y luchó con problemas de salud mental. Estancias en psiquiátricos, crisis emocionales, automutilaciones y una muerte envuelta en interrogantes, han engrandecido aún más su leyenda y su portentoso legado.
Paul Gauguin
Enemigo íntimo del anterior, Gauguin también está relacionado a la corriente postimpresionista. El parisino es conocido por su uso audaz del color y su enfoque innovador de la forma y la composición.
Como pintor, pasó gran parte de su vida en la búsqueda de una expresión artística que trascendiera las normas de su tiempo y esto, sumado a su pasado como corredor de bolsa, hizo que su incursión en el arte no fuera bien recibida en su momento. Muy famosas son todas las obras que realizó tras viajar a Tahití, donde buscó una vida más primitiva y auténtica y encontró una manera colorida y vibrante de entender el arte.
Rembrandt
Rembrandt es conocido por ser uno de los maestros más grandes del barroco y una figura central del arte del período dorado neerlandés, ese "título" lo adquirió por su dominio del claroscuro: una técnica que crea un fuerte contraste entre la luz y la sombra y que aporta profundidad y drama a las composiciones.
El prodigioso pintor y grabador tuvo una historia convulsa. A pesar de ser uno de los artistas más demandados de su época, su fama decayó justo al realizar su obra más emblemática: La ronda de noche. No cubrió las expectativas de los miembros de la milicia que se lo encargaron y tantas fueron las quejas que a partir de ese momento, Rembrandt dejó de recibir encargos y comenzó su declinación económica y su reconocimiento como artista. Murió en la pobreza.
Henri de Toulouse-Lautrec
Aunque su manera de diseñar y de crear carteles ha influido en generaciones de artistas, Lautrec no disfrutó de la fama y el reconocimiento que merecía debido a una vida llena de alcohol y de burdeles que compartió con aquellas prostitutas y cabareteras que protagonizaron sus obras.
La vida bohemia y nocturna del París de finales del siglo XIX no ensombrecieron el talento que Henri tenía para llevar a cabo un estilo que se caracterizó por combinar una técnica muy refinada de dibujo, líneas fluidas y el uso de colores vivos y contrastes energéticos. Este artista elevó los carteles a la categoría de obras de arte.
Georges-Pierre Seurat
Seurat fue el fundador de la corriente neoimpresionista y consiguió ser mundialmente conocido por su obra A Sunday Afternoon on the Island of La Grande Jatte.
Su ferviente interés por la ciencia, le llevó a experimentar con colores que se adecuaban a ciertas emociones y sentimientos. Plasmaba distintos niveles de intensidad en los colores empleados desarrollando la técnica que hoy se conoce como "puntillismo". Ampliamente ridiculizado por su nueva técnica, la obra de Seurat fue relegada de cualquier distinción. Sin embargo, el genio detrás de su innovación fue comprendido y alabado tras su muerte.
Jackson Pollock
Su técnica y su concepto han sido unos de los más cuestionados del arte contemporáneo. De sus creaciones, el crítico Robert Coates dijo que eran explosiones desorganizadas de energía aleatoria que carecían de significado y en el periódico británico Reynold´s News se escribió que lo que hacía no era arte, sino una broma de mal gusto.
Sin embargo, el estadounidense es conocido por conocido por ser uno de los principales exponentes del expresionismo abstracto. Su técnica drip painting le permitía expresar su energía y emoción de una manera dinámica y libre, creando composiciones abstractas densas y llenas de movimiento que han servido de inspiración para muchos de los trabajos de artistas que triunfan hoy en día.
Claude Monet
Obsesionado con capturar el momento en sus cuadros que perseguían la inmediatez que ahora nos da una fotografía, su afán dio lugar al impresionismo del siglo XIX. Monet comenzó su carrera artística como caricaturista, sin embargo su obra se desarrolló principalmente en el contexto de esta corriente que se caracterizaba tanto por capturar la luz y el movimiento, como por el uso de pinceladas sueltas y colores brillantes.
Su pasión le llevó a sufrir el rechazo de la crítica y el público por romper con los paradigmas del arte y el estilo tradicional de esa época. A pesar de que Monet había expuesto en el Salón de París, su nuevo camino artístico causó que fuera aislado y que su situación económica mermara.
Modigliani
A pesar de que actualmente sus cuadros se venden por auténticas fortunas y de que su estilo delicado, triste y lánguido es reconocible por cualquiera, la vida de Modigliani estuvo empañada por la tragedia, el racismo y la incomprensión.
Un pintor judío que fue único, pero que fracasó en vida. En su corta e intensa existencia, se sumió en el París bohemio de comienzos del siglo XX, sus días estuvieron marcados por la enfermedad y las drogas y su amante se suicidó embarazada de nueve meses.