Casi todos y todas estaremos de acuerdo en que 'El padrino' de Francis Ford Coppola es una de las mejores trilogías de la historia del cine y que está llena de escenas, interpretaciones, frases y partituras musicales para el recuerdo.
Es muy difícil explicar lo que puede hacer que una película se convierta en un icono que, generación tras generación, sigue sorprendiendo y encadilando a legiones de espectadores de todas las edades.
Lo cierto es que, en muchas ocasiones, los pequeños detalles y los aciertos en la caracterización y composición de un personaje pueden hacer que una interpretación pase de ser muy buena, a absolutamente mítica.
El parche de Daryl Hannah en Kill Bill, las cicatrices de Heath Ledger como el Joker en The Dark Knight, la no-nariz de Ralph Fiennes haciendo de Voldemort en la saga de Harry Potter y, por supuesto, la prótesis dental de Marlon Brando en El Padrino.
La prominente y abultada mandíbula de uno de los personajes más rudos y más peligrosos del cine contemporáneo se consiguió gracias a la llamada Dental Plumper.
Marlon Brando improvisó una prótesis para la prueba de pantalla con el fin de hacer que Vito Corleone pareciera un bulldog. Para la filmación de la película, pidió que un dentista le hiciera una personalizada y adaptada a su fisionomía para crear sus papadas caídas.
Este voluminizador dental fue diseñado por el legendario maquillador Dick Smith y fabricado por un dentista de Nueva York llamado Henry Dwork. Para el primer prototipo, se usó látex de espuma más cómodo, pero hizo que la cara de Brando se viera demasiado suave y caída, por lo que hizo que se la rehicieran en acero y resina.
La prótesis de mandíbula no solo consiguió que Brando babeara como un bulldog durante el rodaje, sino que también hizo que su actuación siga siendo una de las más aplaudidas y celebradas 50 años después del estreno de la obra maestra de Coppola.