El vehículo perfecto para aparcar en cualquier lugar y llevarlo después como accesorio.
Un medio de transporte para “una persona y una bolsa de la compra”. Así de breve era el eslógan del Peel P50, casi tanto como las dimensiones del propio coche, que aún a día de hoy ostenta el récord de ser el más pequeño del mundo.
Fabricado por la británica Peel Engineering Company entre 1962 y 1965, solo se vendieron 47 unidades de este microcoche solo disponía de un único asiento, al que se accedía por una puerta lateral.
El Peel P50 entrando en la redacción de la BBC:
En este vehículo de 137 cm de largo por 99 cm de ancho y 55 kg, tan solo consta de un faro delantero. A diferencia de lo que concebimos como “coche” en la actualidad con sus cuatro ruedas, el Peel P50 tiene tres y carece de marcha atrás.
Si el conductor quiere retroceder, tiene que bajarse del vehículo y arrastrarlo valiéndose del asa que tiene incorporado detrás, como si fuera el carrito de la compra que en principio se ahorraba gracias a este minicoche.
El Peel P50 puede alcanzar los 55km/h, con un motor situado debajo del asiento de 49 cc y 4,5 CV. Una velocidad que supera con creces los actuales límites de velocidad en las vías urbanas españolas de sentido único.
Pequeño pero matón, como bien nos recuerda el dicho. Así es el Peel P50, un minicoche pensado para una persona y una bolsa, que en 2016 llegó a subastarse por 176.000 dólares.
