Las esculturas cinéticas del artista e ingeniero holandés Theo Jansen, conocidas como Strandbeest, utilizan la energía del viento para moverse de forma autónoma por las playas.
El colectivo californiano Carv tomó como referencia los bocetos de Jansen para crear la bicicleta andante. Se trata de un híbrido de bicicleta y criatura robótica andante que no te permitirá desplazarte más rápido, pero seguro que llamará la atención de todas las personas con las que te encuentres durante el paseo.
El diseño sustituye la rueda trasera por un esqueleto de metal con cuatro patas accionadas por los pedales. Esta estructura, similar a las patas de un arácnido, está hecha con más de 400 componentes hechos a mano.
En total se invirtieron siete meses y alrededor de 700 horas para la fabricación de todas las piezas que conforman la estructura y únicamente tres días fueron necesarios para completar el montaje de las varillas.
"Pasamos alrededor de tres horas de lunes a miércoles progresando lentamente a través del diseño, compra de material, maquetas, plantillas, corte, soldadura y atornillado. Al final teníamos más de 400 piezas hechas a medida, y no podíamos creer que la cosa realmente funcionara", explican desde el colectivo Carv.
Al igual que los barcos terrestres con patas, los Strandbeests usan velas para activar sus articulaciones y caminar cuando sopla el viento. La bicicleta para caminar reemplaza la vela de Jansen por un par de pedales y una cadena de bicicleta. A medida que el ciclista pedalea, los pies se mueven hacia adelante y hacia atrás, como las patas de una araña tímida.
La bicicleta híbrida inspirada en las esculturas de Theo Jansen