Cinco claves para recuperar el erotismo
- Última actualización: 9 Agosto 2023
- Estilo de vida
¿Por qué en una sociedad hipersexualizada cada vez se mantienen menos relaciones sexuales? La respuesta está en la pérdida del erotismo. Os damos cinco claves para recuperarlo.
Gracias a La mente es maravillosa.
Vivimos en una sociedad hipersexualizada, en la que toda nuestra atención se centra en los atributos físicos, en la que ha tenido lugar una “revolución sexual” y en la que la publicidad nos bombardea constantemente con el interés sexual como una herramienta de persuasión. Pero, aún así, son muchas las personas que no disfrutan plenamente de esta esfera de su vida, que se enfrentan al bajo deseo, a la inseguridad y a las disfunciones sexuales.

Y es que el problema surge cuando asociamos la sexualidad al acto puramente físico y olvidamos que está en estrecha relación con el plano psicológico, social y emocional. Cultivar el erotismo nos invita a trabajar en nosotros mismos. Para alcanzar esa plenitud, en lugar de buscar únicamente la solución externa, nos insta a hacernos dueños y responsables de nuestro placer y a participar activamente en su desarrollo.
Se estima que cerca del 43% de las mujeres y el 31% de los hombres presentan algún tipo de disfunción sexual, siendo el deseo el área más afectada. Y es que, sin darnos cuenta, las influencias culturales y las creencias que adoptamos como propias nos alejan de este pleno disfrute. Algunas de las más comunes y que mayor efecto causan son las siguientes:
El sexo cumple sólo una función reproductiva.
El coito es el objetivo de las relaciones sexuales.
Sólo tienes derecho al placer sexual si cumples unos cánones estéticos.
Tu éxito personal va ligado a tu atractivo.

Claves para recuperar el erotismo
1. Conectar con el cuerpo

Para sentirnos cómodos en nuestra piel, necesitamos trabajar la conciencia corporal, conocernos y conectar con nuestras sensaciones. Hay varias actividades que pueden ayudarnos en esta tarea, por ejemplo: aprender a mirarnos al espejo sin juicios descubriendo cada parte de nuestro cuerpo, crear una rutina de cuidado de la piel o darnos pequeños masajes.
La actividad física también es muy útil a este aspecto. Especialmente prácticas como los estiramientos, el yoga o la danza nos ponen en sintonía con el movimiento y los ritmos del cuerpo y nos hacen más conscientes de las sensaciones.
2. Cuidar la apariencia

Aunque parezca una banalidad, sentirnos atractivos nos ayuda a cultivar el erotismo porque cambia la forma en que nos percibimos y nos ayuda a fomentar la autoestima. No se trata de tener que ir excesivamente incómodos o artificiales, pero sí de cuidar la higiene y la apariencia en cierta medida.
3. Cambiar el diálogo interno

Si has detectado ciertas ideas o creencias que pueden estar limitándote, es hora de dejarlas a un lado y sustituirlas por otras más positivas y funcionales. Para ello, puedes realizar una lista con aquellas afirmaciones que te gustaría “instalar” en tu mente y repetirlas varias veces cada día hasta que se sientan naturales para ti. Algunas ideas al respecto podrían ser:
- “Soy una persona atractiva”.
- “Me siento a gusto con mi cuerpo y con mi aspecto”.
- “Merezco placer y disfruto recibiéndolo”.
- “Me siento cómodo y tranquilo al intimar con otras personas”
4. Cultivar el deseo

Uno de los grandes errores que cometemos con frecuencia es pensar que el deseo surge de forma espontánea y que nosotros somos meros observadores pasivos. Pero lo cierto es que el deseo se cultiva, se trabaja y su aparición se trabaja activamente.
Para ello, es importante que deliberadamente pongamos nuestra atención en sentir atracción o deseo, que seamos capaces de identificar los estímulos excitantes y de crear situaciones propicias. Las fantasías sexuales son un buen elemento a este respecto, ya que nos ayudan a erotizarnos mentalmente y a hacer lo mismo con la pareja. Igualmente, la masturbación puede ayudar a aumentar el deseo sexual.
5. Aprender a disfrutar de las sensaciones

Por último, recuperar el erotismo es sacar el foco únicamente del coito y el clímax y aprender a disfrutar del proceso y de los estados psicológicos y emocionales que se despiertan antes, durante y después del mismo.
Para ésto, resulta muy útil practicar la técnica del placereado (en la que la pareja reconecta y se focaliza en las sensaciones mutuas sin recurrir a la penetración). Igualmente, es positivo añadir variedad, creatividad e innovación a las prácticas sexuales, de modo que no haya espacio para la rutina y la desidia y la motivación se incremente cada día.