Es un hecho, casi una verdad universal, que el mundo funcionaría mucho mejor si todos desarrolláramos la empatía, si fuésemos capaces, durante unos minutos, de ponernos en la piel de los demás y nos diéramos una cura al ombliguismo crónico que padecemos.
No somos conscientes de muchas problemáticas reales que tenemos al lado en nuestro día a día, hasta que no nos tocan de cerca, hasta que no las vivimos, hasta que no interactúamos con ellas, quizás, ahí resida el quid de la cuestión y la esperanza de ser mejores personas.
La demencia y el Alzheimer son dos de las plagas de nuestro siglo, dos de esas incomprendidas enfermedades mentales que afectan a más de 47 millones de personas en todo el mundo y que presentan casi 10 millones de casos nuevos cada año.
Las cifras, a pesar de ser alarmantes, no hacen que tomemos conciencia de ello y, es por eso, que hay iniciativas que nos parecen realmente brutales.
Recientemente, un restaurante pop-up en Tokio estuvo durante 3 días cambiando la percepción del público sobre las personas que sufren de demencia y Alzheimer; "The Restaurant of Order Mistakes", que abrió a principios de junio, estuvo siendo gestionado por personas que padecían estos trastornos.
Seis camareras agradables y sonrientes tomaron los pedidos y sirvieron la comida a los clientes, quienes entraron a participar en la dinámica sabiendo que, probablemente, no obtendrían lo que pedían y percatarse, así, de las consecuencias de estos trastornos.
Foto de Mizuho Kudo
La iniciativa fue apoyada por una camarera acostumbrada a cocinar para niños que pensó que podría llevar a cabo la empresa sin problemas pero, lógicamente, el día no estuvo exento de errores.
Sin embargo, el ambiente fue amable, distendido y, sobre todo, comprensivo; el concepto ha sido desarrollado por profesionales de la televisión, la publicidad y la industria hostelera para demostrar que las personas con demencia o Alzheimer todavía son capaces de más de lo que pensamos.
Tras el éxito obtenido, los organizadores decidieron organizar otro evento para el Día Mundial del Alzheimer el 21 de septiembre: esperemos que cunda el ejemplo y se extiendan este tipo de iniciativas que no hacen otra cosa que ponernos antes nuestras narices lo que es convivir con este tipo de enfermedades.