Se trata de una reimaginación de aquellas canciones, una ejercicio mental que su autor ha hecho para plantear desde la perspectiva de un septuagenario lo que concibió un joven veinteañero en un mundo que aunque era distinto, en realidad no lo es tanto.
Cat Stevens tenía veintidós años cuando publicó Tea For The Tillerman en noviembre de 1970, el disco de “Father And Son” y “Wild World”, acaso dos de sus mayores éxitos.
Ahora, el músico de 72 años reversiona aquel clásico de su discografía en una jugada a propósito de su medio siglo de aniversario, lanzando Tea For The Tillerman² (2020).
“La reinvención cambia muchos de los arreglos familiares”, dice la reseña de Billboard aunque asegura que “se mantiene afortunadamente fiel a la misión del álbum: explorar la vida y a uno mismo sin miedo”.
Aparece entonces la archi conocida “Father and Son”, que mantiene la estructura, con ligeras variaciones. En ella el Yusuf de 72 años asume la voz del padre, mientras que la voz del hijo es tomada de una grabación en vivo en el Troubadour de Los Angeles de 1970, en un trabajo fantástico de edición.
Y es justo esta diferencia de 50 años lo que ahora parece tener sentido en una letra escrita por un joven soltero soñador que no imaginaba en lo que depararía su vida.