El primer tema en solitario del ex-Beatle, un reclamo a la conexión con Dios, fue un éxito desde su publicación. Ahora, el mundo de la cultura le rinde homenaje con el videoclip oficial.
Alcanzar una conexión con lo divino, con aquello que trasciende los límites de lo mundano, establecer una relación directa con un ser cuya superioridad es lo máximo a lo que se puede aspirar. Llegar a Dios. Esa es la meta que George Harrison se marcó en su vida, un anhelo que terminó plasmando en My Sweet Lord, la primera canción que componía desvinculado de The Beatles y el single con el que adelantó su primer álbum en solitario, All Things Must Pass.
Hoy, 50 años después de su publicación, el mundo de la cultura ha querido rendir homenaje a un músico completamente irrepetible con el primer vídeo oficial de My Sweet Lord.
Los artistas norteamericanos Fred Armisen y Vanessa Bayer protagonizan el videoclip, llevando a cabo una búsqueda similar a la de Harrison, buscando algo que el público desconoce pero que, finalmente, encuentran con el tema del ex-Beatle. Lo divino, algo que nos haga sentir una nueva dimensión, como puede ser la música y, en concreto, ese canto a Dios y a su figura.
A lo largo del vídeo se irán sumando hasta 40 celebridades del mundo de la cultura, entre las que encontramos a su ex-compañero de banda, Ringo Starr, reunidas en un cine donde se proyectan imágenes de Harrison.
My Sweet Lord fue el primer tema que Harrison publicó tras la disolución de The Beatles y consiguió ser número 1 en las listas de éxitos de 1970 y 1971. Incluido en el disco All Things Must Pass, la canción era la antesala a una prolífica carrera musical alejado de los fab four y una demostración del talento del guitarrista para componer.
Tras un viaje del grupo a la India, Harrison quedó prendado de la fe Hare Krishna, un hecho que marcaría su vida posterior y le convertiría en un hombre que buscaba la espiritualidad, la paz y la comunión entre todas las personas.
My Sweet Lord es una canción gospel que fusiona mantras de distintas religiones, en un intento del británico por demostrar que no hay una sola fe ni un solo Dios, un alegato por abandonar el sectarismo religioso.
"Aleluya" y "Hare Krishna" son los mantras que el coro repite a lo largo del tema, mientras la icónica guitarra con slide de Harrison nos adentra en un universo de paz donde se llama a ese Dios, mientras se manifiesta la frustración al no poder alcanzarlo por mucho que se intente.
Con My Sweet Lord, el ex-Beatle consiguió crear una canción religiosa que representara a cualquier creyente. Una unión que se recuerda hoy, en el 50º aniversario de su publicación, con un nuevo videoclip 20 años después de que George Harrison nos dejara a causa de un cáncer de pulmón. Esperemos que haya conseguido reunirse con Dios en su viaje.