Pongamos que hablamos de Madrid, la ciudad que tomamos como punto de partida para hacer un viaje infinito hacia su cielo, ese que adquiere tonalidades azuladas o rosadas según tiña de atardeceres o amaneceres calles llenas de historia y de historias.
Decía Paco Umbral que Madrid es una excusa para contar historias, y vaya si tenía razón. La ciudad es una isleta que acoge las esperanzas de quienes acaban o empiezan el camino aquí.
El despertador hace un ruido infernal, en el metro haces el ridículo saludando a alguien a quien creías conocer, llegas tarde al trabajo y no queda café, así no te ves capacitado para afrontar una intensa mañana de reuniones.
Este próximo sábado 12 de septiembre vamos a celebrar la Primera Edición del CI Urban Fest. Un encuentro en torno al arte urbano que nos enorme ilusión.
No hay celebración, por pequeña que sea, que no tenga como marco un bar, ese lugar de conexión imprescindible para nuestra manera de relacionarnos con los demás. Los bares son esos puntos neurálgicos que sostienen, en gran parte, nuestra manera de sentir y de vivir.
En Cultura Inquieta sentimos fascinación por muchos jóvenes maestros que arrojan luz a este mundo, a través de lo que materializan, de su talento y de sus sueños.
El verano de Madrid ha dado rienda suelta a sus mejores deseos con la creación, en el centro de la ciudad, de un espacio hecho para el disfrute, para el aprendizaje y para el deleite de todos los sentidos. Un lugar para vivir experiencias. Hablamos de Saborería Mahou.
¡Madrid ha protagonizado la Primera Edición de Pintando el Sur! Durante los días 19 y 20 de junio, acompañados por Mahou y Liquitex, tuvimos la oportunidad de acercar el arte urbano a los cierres de Getafe.
Madrid. Podríamos decir, sin quitarle su fama a Nueva York, que es la ciudad que nunca duerme.