Para el filósofo francés Henri Bergson, la risa es cosa de listos
«Sin la posibilidad de la ofensa, de la insensibilidad bien orquestada, estamos condenados a guarecernos en un torbellino de emociones en donde reinaría una vulnerabilidad pueril y una censura descontrolada, a todas luces dirigida por aquellos más susceptibles e insoportables»