Es la geoda más grande de Europa y la segunda más grande del mundo.
La Geoda de Pulpí es solo un ejemplo más de lo maravillosa que puede ser la naturaleza. Agua y sal son los dos ingredientes principales, además de ciertos requisitos y unas condiciones excepcionales claro está, de este tipo de cavidad rocosa que se produce de forma natural por la cristalización de minerales conducidos al lugar a través de agua.
Hay muchas geodas repartidas por el mundo, la forma y color de los cristales que recubren sus paredes son realmente espectaculares, pero muy pocas que sean gigantes y mucho menos visitables.
Es el caso de las Cuevas de Naica, en Chihuahua, México, donde se encuentra la mayor geoda descubierta hasta el momento pero cuyas condiciones atmosféricas hacen imposible su visita.
Esta joya almeriense fue descubierta hace 20 años por miembros del Grupo Mineralogista de Madrid durante una de sus habituales expediciones para buscar minerales, pero las gestiones, la inversión necesaria y los procesos de acceso, acondicionamiento y seguridad para abrirla al público han necesitado de este tiempo para que su apertura fuera posible.
Nada menos que a 60 metros de profundidad, coincidiendo con el nivel del mar, está su ubicación y cuenta con un tamaño de 8 metros de largo por 2 de alto. Sus cristales de yeso llegan a alcanzar los 2 metros convirtiéndola en un prodigio geológico mundial.
La minería fue la forma de vida de la zona durante muchos años, pero nadie imaginaba que las cuevas que daban de comer a su población guardaban en realidad un tesoro mayor que se descubriría décadas después del cierre de su actividad.
Ubicada en La Mina Rica, junto a la barriada de Pilar de Jaravía en la Sierra del Aguilón, la fecha concreta prevista para poder disfrutar de este gran obra de la naturaleza -que hasta ahora solo se podía visitar de manera virtual- es agosto de este año.
Las obras realizadas están pensadas para que los visitantes podamos observar otras partes de Mina Rica, la cuál guarda un rico y particular patrimonio geológico, así como otras geodas de yeso de menor tamaño. De cualquier forma, estamos deseando poder disfrutar de este regalo que la naturaleza nos ha hecho.