El fotógrafo Robert Capa, el escritor Imre Kertész y la retratista Elisabeth Vilma Lwoff-Parlaghy nos muestran una perspectiva distinta de la capital húngara.
Bañada por el Danubio Azul, el corazón de Europa central late desde hace siglos con una tierra llena de cultura y una historia apasionante. Hungría, y más en concreto su capital, Budapest, ha sido y es una fuente de inspiración para numerosos artistas.
También para nosotros. Por eso, desde Cultura Inquieta os proponemos una serie de recorridos de la mano de algunos de los artistas húngaros más consagrados del mundo de la cultura, un ejercicio de imaginación en el que queremos que nos acompañéis para descubrir esta increíble ciudad.
Tras pasear con el periodista Joseph Pulitzer, la actriz Zsa Zsa Gabor y el compositor Franz Liszt, en nuestra segunda ruta repasamos de nuevo la historia de Budapest, centrándonos en grandes artistas del mundo de la fotografía y la pintura.
Equipado con su inseparable Leica, avistamos a Robert Capa (Budapest, Hungría, 1913-1954) esperándonos a las puertas del centro de fotografía bautizado con su nombre. Tras explicarnos cómo tomó algunas de sus mejores imágenes que conforman la exposición, volvemos al exterior listos para mirar con otros ojos su ciudad natal.
Nadie mejor que el fotoperiodista para acompañarnos a la Avenida Andrássy, la calle con más historia de la capital húngara, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2002 por la UNESCO por las espectaculares fachadas de sus casas y palacios renacentistas.
Aquí, el fundador de la agencia Magnum se detiene en varios puntos para capturar la vida de esta arteria urbana, mientras nosotros nos acercamos a los escaparates más llamativos. Capa nos explica que es uno de sus puntos favoritos de Budapest, porque es un lugar donde siempre ocurre algo.
Después nos dirigimos al Szimpla Bar, el ruin bar más conocido de la ciudad. La magia de este tipo de locales reside, paradójicamente, en su estética decadente, fruto de su origen: los ruin bars son antiguos edificios abandonados transformados en locales alternativos.
Szimpla Bar cuenta con varias plantas, una decoración cuanto menos curiosa y una amplia variedad de salas y ambientes donde poder comer, beber, jugar al billar, degustar una cerveza dentro de una bañera…
Todavía sorprendidos por la atmósfera que se respira en el local, el fotógrafo nos lleva directo al Mercado Central para conocer las costumbres locales en la mesa y su gastronomía más tradicional.
El mercado más grande de toda Hungría fue inaugurado en 1897 y, en la actualidad, cuenta con unos 180 puestos, en los que se pueden encontrar desde restaurantes y puestos de comida rápida, hasta souvenirs, fruta y cerveza, entre otros productos.
Con el sabor y el olor de la cocina húngara todavía presentes, decidimos visitar el Danubio y recorrerlo en barco para terminar nuestra visita con Robert Capa. El fotógrafo se relaja sentado, admirando las vistas de la Perla Azul del Danubio, su ciudad natal, en una experiencia que a nosotros también nos deja sin palabras y con el corazón lleno de belleza.
Nos bajamos de la embarcación en el Monumento de los Zapatos, una obra que recuerda a las víctimas judías de la Segunda Guerra Mundial. Sus ideólogos, Can Togay y Gyula Pauer, querían que los zapatos recordaran a los judíos locales que fueron asesinados en este punto.
Esta historia nos la cuenta nuestro siguiente guía, Imre Kertész (Budapest, Hungría, 1929-2016). El Premio Nobel de Literatura, superviviente de Auschwitz, supo describir perfectamente el mal y el terror en sus novelas.
Seguimos las huellas del Holocausto por la ciudad, en un paseo con el que Kertész conmemora a los judíos y a su cultura, mientras nos invita a no olvidar la Historia, para no repetirla jamás. Así, visitamos el Barrio Judío y la Sinagoga Dohány.
La Sinagoga Judía de Budapest es la más grande de Europa. Construida siguiendo el estilo morisco, bizantino, romántico y gótico del arquitecto Ludwig Forster, sus 53 metros de largo y 26 de ancho dan cabida a 2.964 personas.
Recorremos en silencio y sobrecogidos el interior del templo acompañados por el escritor, quien nos cuenta que, durante el conflicto bélico, los nazis convirtieron sus alrededores en un gueto judío.
Tras conocer mejor la historia de Budapest, quedamos con nuestra última guía: la retratista Elisabeth Vilma Lwoff-Parlaghy (Hajdúdorog, Hungría, 1863-1923). La artista hace de la pintura y el arte los nexos que nos llevan por las últimas paradas de este paseo: la Galería Nacional, el Museo de Bellas Artes y el Museo Nacional.
Con ella volvemos al Castillo de Buda y ascendemos hasta la Galería Nacional Húngara, preparados para admirar el arte local desde la Edad Media hasta el siglo XX. Con una colección dedicada en su mayor parte a la pintura, la artista es una guía excelente para recorrer sus pasillos y admirar las obras que antes se exponían en el Museo Nacional y el Museo de Bellas Artes.
Maravillados con lo que acabamos de presenciar, Lwoff-Parlaghy nos regala otra visita de lujo, esta vez al Museo de Bellas Artes. Nos desplazamos hasta la ya conocida Plaza de los Héroes y admiramos tanto por su fachada como por su propuesta artística el edificio inaugurado en 1906, visitado por más de medio millón de personas al año.
Para finalizar el camino del arte, la retratista nos conduce al Museo Nacional de Hungría. Fundado en 1990, es una oportunidad única para conocer en profundidad la historia del país desde la Prehistoria hasta nuestros días. Con esta última parada nos sentimos aún más diminutos en una ciudad tan rica a nivel cultural e histórico.
Así terminamos nuestro segundo recorrido, en el que Robert Capa nos ha ofrecido una perspectiva distinta de Budapest y nos ha animado a mirarla con los ojos de la fascinación, siempre listos para la sorpresa de la tradición y la vida de sus habitantes. Tampoco olvidaremos la historia que forja cada rincón de la capital húngara, contada por el escritor Imre Kertész y recogida en los museos mostrados por la pintora Elisabeth Vilma Lwoff-Parlaghy, en sus pinturas y en sus colecciones.
Os invitamos a recorrer con nosotros la tercera y última ruta para seguir enamorándonos de Budapest, una urbe rica en historia, cultura y belleza que merece la pena descubrir.