Anna Larson decició retratar a sus dos hijas mientras jugaban y se dió cuenta de la amistad tan maravillosa que iba surgiendo entre ambas.
Las dos hermanas son muy distintas pero muy parecidas en lo esencial. Dos almas gemelas que habían vivido lejos y que gracias a la adopción ahora son inseparables. La serie fotográfica nos hace reflexionar acerca de que el amor y el cariño al final es lo que marca las diferencias, independientemente de la procedencia, de la sangre, del color de la piel y del sexo. Anna nos regala hermosos momentos de juego, de intimidad y de profunda belleza cotidiana entre sus preciosas hijas, Semenesh y Haven.
Via Bored Panda