Un electricista halla por casualidad unos frescos del siglo XVII
Hay sitios tan llenos de arte y de historia ocultos, que la más remota de las casualidades puede convertirse en un hallazgo asombroso.
Hay sitios tan llenos de arte y de historia ocultos, que la más remota de las casualidades puede convertirse en un hallazgo asombroso.
Todos sabemos del gusto que había en la sociedad romana por incluir el sexo en su vida social, familiar, ociosa e incluso política. El arte no iba a ser un terreno que no entrara a explorar el mayor placer del mundo.
Seguro que la comunidad de numismáticos y numismáticas del mundo han visto monedas de todo tipo. Con caras de reyes, con monumentos emblemáticos o en conmemoración de algún evento que forma parte de la historia reciente.
Cuando uno va al cine, sabe de sobra que las grandes historias se proyectan en esa gran pantalla que alimenta nuestros sueños y nuestra alma; pero, a veces, las grandes historias pueden estar bajo la platea.
Si hablamos de la Torre Eiffel de París o El Coliseo de Roma, todos podemos formarnos, rápidamente, una imagen en la cabeza del aspecto que presentan sus formas y su arquitectura.
Un grupo de arqueólogos, han descubierto recientemente en la región de Campania un antiguo puesto ambulante de comida en muy buen estado.
Llevan ahí tanto tiempo que damos por hecho que siempre van a estarlo. Pero los numerosos visitantes, el paso de los automóviles, los terremotos o la urbanización son solo algunas de las muchas amenazas naturales o provocadas por el ser humano que hacen que estos lugares estén en constante peligro de degradación o incluso de destrucción.
También conocidas como buchette del vino (ventanas del vino), estas pequeñas vitrinas fueron utilizadas en Florencia durante la plaga italiana para poder vender el exceso de vino de los palacios.
El horizonte de Roma, compuesto por cúpulas barrocas, columnas imperiales y tejados que esconden secretos inmemoriales, brilla, como cada tarde, al compás de la caída del sol. Hoy, 06 de julio de 2020, Roma llora la muerte de uno de sus hijos más distinguidos, el maestro Ennio Morricone.
¿No sería maravilloso poder volver a mirar a los ojos del romano más famoso de la historia?