El proyecto MyView de Carlos Gutiérrez, basado en trasmitir la realidad que vive la población infantil mediante cámaras desechables en la Cañada Real fue galardonado con el premio a la tolerancia en los Premios Talento Joven de la Comunidad de Madrid.
Una entrevista de Míriam Martínez para Cultura Inquieta
El poder que tiene una imagen es conocido por todo el mundo y más si esas fotografías están hechas por la inocencia o mejor dicho, por la valentía de un niño o una niña.
MyView es la manera de transmitir por parte del autor, la falta —aunque la gente piensa que estas situaciones solo pasan en países del tercer mundo— en España de una infancia digna, en otras palabras, el derecho a ser niño. Gran parte de su trabajo se realizó en la Cañada Real, aunque también hay imágenes hechas por niños de una aldea de Tanzania y del campo de refugiados Nea Kavala en el norte de Grecia.
Hemos hablado con Carlos Gutiérrez y nos contó en qué se basa su proyecto ganador, cuál fue el motivo y la importancia de hacer arte para luchar y proteger derechos sociales:
Cuéntanos en qué estaba basado MyView
MyView es un proyecto fotográfico y social que comencé en 2017 y que combina la fotografía, la creatividad y la integración de niños y niñas en situación de vulnerabilidad dentro de nuestra sociedad, a través de las miradas de sus protagonistas.
Para desarrollarlo, me traslado a lugares con una comunidad en situación de vulnerabilidad y les ofrezco clases de fotografía y arte. A su vez, les doy cámaras desechables para que realicen sus propios proyectos fotográficos. Con esas fotos realizo una exposición en el lugar.
En este caso la fotografía forma un canal terapéutico para los y las protagonistas que realizan el proyecto. A través de ella, pueden proyectarse y reconocerse en su entorno, dibujando con sus imágenes su paisaje vital emocional, estético y personal, de esta manera empoderarse a través de la validación de lo fotografiado.
Por otro lado es una manera de distraer a estos niños y niñas de sus duras realidades y de ayudar al resto de la sociedad a empatizar con esta comunidad y romper estigmas. Este proyecto lo he desarrollado 3 veces, con niños y niñas de un poblado de Tanzania, con niños y niñas de la Cañada Real de Madrid y con niños y niñas refugiados de Grecia.
¿Cuál fue el motivo que te llevó a presentarte al concurso?
Consideraba que este premio ayudaría a poner en valor todo el trabajo que he realizado de forma altruista en los últimos 6 años. Todo lo que he hecho ha nacido siempre de mi y nunca he necesitado ni buscado un reconocimiento externo pero considero que mi experiencia y mi trabajo puede ser inspirador para muchos otros jóvenes de Madrid y del resto del mundo.
Formo parte de una generación de jóvenes pensadores, creadores, artistas... que trabajamos con un alto compromiso social y ético y de una manera altruista. Creo que todo este trabajo merece un reconocimiento. Mi intención era que este premio sirviera para reconocer y representar a todas esas personas jóvenes que realizan voluntariados, que trabajan por la integración e inclusión social y que han decidido comprometerse con la sociedad poniendo un grano de arena para construir un mundo más justo e igualitario.
¿Qué pensamientos o ideas te llegaban a la mente cuando estabas recogiendo el premio?
Al ver las historias tan inspiradoras del resto de ganadores y ganadoras me sentí muy orgulloso. Orgulloso de formar parte de una generación que lo ha tenido muy difícil pero que ha sido valiente. También me acordaba de todas las personas que siempre han creído en mí y me han apoyado para luchar por lo que he creído justo.
¿Por qué crees que has sido el ganador?
Creo que me historia puede ser inspiradora para otras personas jóvenes. He realizado voluntariados en diferentes países y he podido desarrollar un proyecto personal artístico y social. Considero que mi proyecto es muy potente ya que habla de la dignificación de la infancia y lo hace de una forma muy visual.
Durante el discurso como ganador en la gala has hablado del problema de la falta de luz en la Cañada Real. ¿Crees que el arte y el activismo social pueden lograr romper barreras y conseguir cosas que las administraciones o instituciones las tienen olvidadas?
Hace un año desarrollé mi proyecto con niños y niñas de la Cañada Real de Madrid junto a la Asociación Barró. Durante ese tiempo pude ver con mis ojos cual era la situación en la que se encontraba aquello.
Uno de los mayores barrios no planificados de Europa pero a penas aparece en los mapas, ni en nuestras conversaciones. Un lugar invisibilizado. Desde hace más de 2 meses se encuentran sin electricidad. Cientos de familias sin poder calentarse o conservar sus alimentas mientras lo único que reciben es estigmatización y criminalización.
El arte siempre ha estado muy ligado al activismo social y estoy convencido de que puede llegar a cualquier sitio y conseguir cualquier cosa. Incluso aquellas que las administraciones olvidan e invisibilizan.
¿Has pensando en seguir apostando por el proyecto y hacerlo en otros países o hacer una exposición?
MyView es un proyecto abierto. Tengo intención de seguir desarrollándolo y ya estoy en contacto con varias organizaciones interesadas en llevarlo a cabo.
¿Qué proyectos tienes para el 2021?
Mi camino seguirá en el tercer sector tratando de acercar las voces más silenciadas y de visibilizar los lugares a los que no quieren que miremos.
