¿Es esto lo que realmente deseamos como especie? ¿Es este el camino?
Gracias a Pijama Surf.
Quienes frecuentan con cierta atención las redes sociales quizá hayan notado que la presencia del contenido generado casi en su totalidad por herramientas de inteligencia artificial (con la mediación apenas mínima de un ser humano que, si acaso, le da instrucciones de qué hacer) está en camino de convertirse en la norma del mundo digital. O acaso, desde una perspectiva menos tajante, podría decirse que estamos ya en la inminencia de una época en que las producciones nacidas de la creatividad humana convivirán cada vez más con las producciones de la inteligencia artificial, y mejor dicho: competirán, y por lo que se ve ya ahora, cada día con mayor ferocidad.
Prueba de ello, en otro ámbito, es un incidente notado recientemente en uno de los concursos más prestigiosos del mundo de la fotografía, el Sony World Photography, auspiciado por la marca de tecnología mencionada.
Como ocurre en otros certámenes de su tipo, el Sony World Photography otorga reconocimientos en varias categorías, tales como “Retrato”, “Arquitectura y diseño”, “Fotografía creativa”, “Fotografía documental”, “Deportes” y otras.
En la justa de este año, una pieza del fotógrafo de origen alemán Boris Eldagsen fue premiada originalmente en el rubro de “Creatividad libre”, en la que participó con una supuesta toma en sepias en donde figuran dos mujeres de aparentes generaciones distintas (una más joven que la otra), en poses y gestos sumamente elocuentes.
El jurado del concurso encontró esta composición suficientemente notable para reconocerla como la mejor de su categoría. EL ELECTRICISTA, de la serie PSEUDOMNESIA (Boris Eldagsen, 2023)
Sin embargo, para sorpresa de todos los implicados en el concurso, a poco de saberse ganador con “su trabajo”, Eldagsen anunció que rechazaba el premio, pues la imagen no es una obra humana, sino la producción de una inteligencia artificial.
De acuerdo con un comunicado dado a conocer a través de su sitio web, Eldagsen decidió participar con dicha imagen para probar a competencias como Sony World Photography y saber (o evidenciar) si su estructuras (organizadores, comités de admisión y de evaluación, etc.) están preparados para distinguir entre una fotografía tomada por un ser humano y otra generada por una Inteligencia Artificial. Y a juzgar por el resultado, la respuesta es claramente no.
Al respecto Eldagsen declaró:En el mundo de la fotografía necesitamos que se abra la discusión. Una discusión sobre lo que queremos considerar fotografía y lo que no. El concepto de fotografía, ¿es suficientemente amplio como para incluir imágenes de IA o sería un error?
El acto del fotógrafo es probablemente el primero que señala explícita y provocativamente una pregunta que ya se respira en el aire de nuestra época a propósito del enfrentamiento entre la creatividad humana y las producciones de la inteligencia artificial.
En vista del desarrollo que han alcanzado herramientas como Chat GPT o Midjourney, por citar sólo dos de las más populares, tal parece que se avizora una avalancha de artículos, libros, imágenes, videos y otro tipo de contenidos destinados a consumo humano generados ahora por robots.
De alguna manera, será como si la llamada “inteligencia artificial” ocupará el lugar de cultivo mental y espiritual que hasta ahora tenían los llamados antiguos maestros y, en general, aquellos que Carl Sagan llamó las personas más destacadas de todas las épocas.
Gracias a Pijama Surf