La belleza meramente estética es un concepto completamente subjetivo, pero para la Inteligencia Artificial, existe un patrón que, además, cambia según el lugar del mundo en el que nos encontremos.
“La belleza está en los ojos de quien la mira” es una de esas frases cuyo significado no varía en función de la procedencia de quien la escucha. Todos podemos entender su significado sin necesidad de contexto. Sí, la belleza depende de quien esté valorando en ese instante si algo le parece bello o no, porque la belleza es, ante todo, subjetiva.
Este es un axioma tan obvio como paradójico, porque tampoco podemos olvidar que estamos rodeados por una serie de cánones, reglas y patrones a seguir para que nos consideren “bellos”, “atractivos”.
A la hora de enseñarle a alguien y, en concreto, a la Inteligencia Artificial (IA) qué es la belleza en su sentido más estético posible, terminamos por transmitir los patrones culturales que tenemos interiorizados.
Como resultado, la IA aprende qué es la belleza en un plano completamente simplificado y reproduce cánones alejados de la verdadera belleza del mundo: la diversidad.
El estudio StyleSeat quiso comprobar qué entendía la IA por belleza en 100 países distintos del mundo en un ejercicio de reflexión sobre nuestros propios prejuicios y estos son algunos de los resultados, con los que os dejamos reflexionando: