Crecer es aprender a cuidarnos por dentro y por fuera
En el verano, cuando los días se alargan y el sol brilla con intensidad, nos encontramos con una oportunidad única para conectarnos con nosotros mismos y con quienes nos rodean.
En el verano, cuando los días se alargan y el sol brilla con intensidad, nos encontramos con una oportunidad única para conectarnos con nosotros mismos y con quienes nos rodean.
El sudor, entre otras cosas, es una de las maravillas que nos hace verdaderamente humanos. Es un recordatorio palpable de nuestra existencia en este mundo, una manifestación física de nuestra esencia y nuestra conexión con la vida misma.
Cuando Alfred Hitchcock, maestro del suspense sin parangón, inauguró la década de los años 60 con “Psicosis”, no sólo dejó al público sin ganas de volver a darse una relajante ducha, si no que también reinventó las reglas de un género en particular y del cine en general empezando por una campaña de marketing que generó mucha expectación.
Hace unos días, varios ciudadanos de la capital española aseguraron sorprendidos que fueron testigos de cómo varias personas inundaban las calles y los metros de la ciudad en pijama, como si estuvieran en su casa.
¿Convivirías con una persona con VIH? Esa es la pregunta con la que comienza un experimento social que busca educar e informar a la sociedad.
Poco a poco y gracias a la concienciación que vamos teniendo sobre la realidad de nuestros cuerpos y nuestros "defectos", la publicidad, el cine, las series o la moda están rompiendo lanzas a favor de la diversidad física y de la belleza que hay en ella.
Hay realidades que preferimos no ver, que disipamos a golpe de urgencia y de ignorancia, pero que no por eso, dejan de ser reales y de estar ahí.
Amor incondicional, compañía, conciencia y respeto por el mundo que habitamos, son constantes que se repiten en las historias de amistad entre animales y humanos.
¿Quién no ha sufrido en sus propias carnes la mala educación en el transporte público? No estamos solos, y ahora menos que han resucitado a Kant que ha vuelto con el el principio del imperativo categórico -concepto central de la ética kantiana- para pedir que la gente se comporte de una vez, ¡hombre, ya!
Las posibilidades que la aparición de internet nos ha dado son innegables, pero muchas veces no somos conscientes del enorme poder que tiene. Nadie nos ha enseñado, que al igual que en la vida real, para bien y para mal, los mensajes lanzados en la Red tienen sus consecuencias.