¿Quién no tiene la suerte de contar en su vida con un amigo o una amiga friki? Tener un friki es tener un tesoro porque se traduce en compartir momentos con alguien al que es muy fácil hacer feliz, solo hay que saber cómo y nosotros vamos a daros unos consejos.
Todos tenemos entre nuestros conocidos y amigos, al típico padre o la típica madre brasas que está todo el día subiendo fotos o vídeos de sus hijos a las redes.
Siempre que una (ciencia) ficción genera expectación, consigue una legión de seguidores y fans o marca un antes y un después en el séptimo arte, su universo se extiende hasta el infinito como el cosmos, como la galaxia.
Cualquier excusa nos parece buena para celebrar, salir de fiesta y dar rienda suelta a la imaginación.
Para mucha gente su amor, su frikismo o su devoción por el cine, y por un género en concreto, no es simplemente un mero hobbie, es un estilo de vida que traslada a cualquier situación y a cualquier acontecimiento de su día a día.
Es un hecho que los memes, vídeos, montajes, fotografías o cualquier material susceptible de ser viral que están protagonizados por esos adorables animalejos que son los gatos, están de moda, son tendencia y generan fenómeno fan.
Que Harry Potter es el mago más popular de la literatura y del mundo del cine, es algo que todos sabemos, al igual que todos sabemos que la popular saga de libros ha hecho una importante labor por fomentar la lectura entre niños y no tan niños; por eso, forma parte del imaginario popular de muchas generaciones.
Todos conocemos a alguien que nació siendo un señor o una señora. Que, a pesar de su tierna infancia, sus gestos, su cara, su manera de andar o de mirar, son lo más parecido a tu tía Agustina o a tu bisabuelo Nicolás. Estamos hablando de este tipo de personas clasificadas como: viejóvenes.
Hay películas que marcan un hito en la historia del cine o bien porque reinventan un género, porque crean tendencia o porque descubren al espectador el universo único de una saga inolvidable y un icono del imaginario popular de muchas generaciones.
Mientras ansiamos el esperadísimo final de "Game Of Thrones" y el hype se nos dispara, no caemos en la cuenta de que las cámaras en la tierra de los Siete Reinos se han apagado para siempre.