En verano, el sol en la cara, el mar y la sal en la piel, los paseos por la naturaleza o las lecturas a la sombra de un árbol nos producen a todxs una sensación de eternidad efímera, pero esa eternidad estival nunca fue tan bella como en el Cannes de 1946.
Así lo demuestran estas capturas de aire retro hechas en las playas de la cinematográfica ciudad de la Riviera Francesa, en las que lxs distraidxs modelos ocasionales son inmortalizados con sus estilosos trajes de baño mientras dejan que los minutos pasen al calor de días inolvidables.
Este enclave de ensueño está situado al suroeste de Niza y recibe su nombre por los cañaverales y los juncos de su orilla. Probablemente fue colonizado por miembros de tribus de Liguria y ocupado sucesivamente por foceos, celtas (o galos) y romanos.
En el siglo IV, pasó a estar bajo la protección de los monjes de Lérins, cuyos ábades eran señores de Cannes y en el siglo X construyeron fortificaciones bajo la Pointe du Chevalier para protegerse de los invasores marítimos musulmanes.
Napoleón, la primera noche de su regreso de Elba, acampó su pequeño ejército en las dunas fuera del pueblo. La reputación de resort internacional de Cannes se originó con Lord Brougham, quien, cuando no pudo acceder a Niza en 1834 porque estaba en cuarentena, se detuvo en este pueblo pesquero donde construyó una villa a la que regresó todos los inviernos durante 34 años.
Pero, sin duda alguna, por lo que es más conocida y reconocida la ciudad gala es por toda la magia y el glamour que destilan sus ubicaciones cuando se celebra su Festival Internacional de Cine.
Los orígenes de este evento se sitúan en la década de 1940. Con el paso de los años, el Festival de Cannes se convirtió en un fenómeno internacional que reúne cada año a miles de artistas, productores, turistas y algunos de esos títulos que han pasado ser auténticas obras de culto con el tiempo.
Cannes es un sitio lleno de historias reales y ficiticias, las que acontecieron hace siglos, las que se muestran en sus pantallas y todas las de esas personas que en las vacaciones de 1946 quisieron paralizar el tiempo en un espacio único.