La idealizada juventud es ese oasis vital lleno de magia y de descubrimientos en el que vivimos los años con una intensidad irrepetible y que, en la mayoría de los casos, marca el porvenir del difícil mundo adulto que nos espera dispuesto a darnos una bofetada de realidad.
A pesar de que cuando crecemos recordamos con nostalgia esos años en los que pensábamos que nos comeríamos el mundo y no teníamos miedo a nada, ese momento inevitablemente efímero también puede ser una etapa con más sombras que luces.
Te dejamos con 17 títulos imprescindibles del séptimo arte que muestran que la juventud también puede doler.
1. Mysterious Skin (Gregg Araki, 2004)
Dos adolescentes de personalidades totalmente opuestas van a cruzar sus caminos y a forjar un vínculo irrompible en el momento en el que descubren que tienen en común un aterrador pasado que los va a marcar de por vida. La película no duda en mostrar con crudeza varios temas controvertidos sin dejar de lado la capacidad de emocionar y conmocionar. En Mysterious Skin, Joseph Gordon-Levitt firma uno de los mejores papeles de su carrera metido en las herida piel de Neil.
2. Moonlight (Barry Jenkins, 2016)
La ganadora del Oscar a la Mejor Película en 2017 cuenta la historia de Chiron durante las tres oscuras etapas de una existencia, supeditada a su condición de ser un individuo negro, homosexual y marginal que no entiende la vida que le ha tocado vivir. Con una banda sonora magistral, una fotografía perfecta y unas interpretaciones que llegan a lo más profundo, Moonlight hace que los silencios de sus protagonistas resuenen como el más fuerte de los gritos en nuestras cabezas.
3. Bienvenidos a la casa de muñecas (Todd Solondz, 1995)
Desde el humor negro, el controvertido y polémico director Todd Solondz mostraba su cara más humana (que no más amable) en este retrato cruel sobre una adolescente que sufre bullying por parte de sus compañeros de instituto y por parte de una familia mentalmente desestructurada. Bienvenido a la casa de muñecas tiene su fortaleza en una Heather Matarazzo que con tan solo 13 años bordó el papel de esta loser que no encaja y vive pidiendo perdón por existir.
4. Thirteen (Catherine Hardwicke, 2003)
En esta cinta independiente que causó furor a principios de los años 2000, la ganadora del Oscar Holly Hunter se metía en la piel de la sufrida madre de una joven Evan Rachel Wood, que sufría un cambio radical debido a una destructiva amistad con la chica más popular de su clase.
5. Christiane F. (Uli Edel, 1981)
Película de culto desde que en la década de los años 80 dejara sin aliento a todos los espectadores que se atrevieron a verla. Christiane F. cuenta la bajada a los infiernos de una chica que, por amor, se ve inmersa en una espiral de autodestrucción repleta de drogas y prostitución con una decadente Berlín dividida por el muro como telón de fondo.
6. Rebelde sin causa (Nicholas Ray, 1955)
La obra maestra que forjó la leyenda del icónico James Dean narra la historia de un adolescente enfadado con la vida y el mundo adulto que paga su frustración con el alcohol. En los años 50, ya se encontraba belleza en el nihilismo y la desilusión de esas generaciones de adolescentes que crecen en el seno de familias conflictivas y no tienen a nadie que crea en ellos.
7. Heartstone (Guðmundur Arnar Guðmundsson, 2016)
Esta preciosa película islandesa se apoya en la belleza y la épica de sus paisajes para crear un fuerte contraste entre la inmensidad del entorno y las cárceles en las que viven enjaulados sus protagonistas. A pesar de todas las vicisitudes y todas las presiones que existe en el cerrado núcleo rural que sirve de contexto de la cinta, asistimos conmovidos al desarrollo de una amistad que se desarrolla gracias a las alas que da el amor más puro.
8. Mommy (Xavier Dolan, 2014)
El canadiense Xavier Dolan, también conocido como el enfant terrible de Cannes, se metió a la crítica y al público en el bolsillo a muy temprana edad gracias a un particular universo queer protagonizado por mujeres fuertes, vibrantes colores y estilizados melodramas. Con Mommy ofreció su trabajo más maduro y nos regalo todo su talento a través de la dolorosa y tormentosa historia de amor y odio de una madre y su problemático hijo.
9. Girl (Lukas Dhont, 2018)
Dhont ofrece un delicado y portentoso estudio sobre las dificultades y los traumas que supone ser una adolescente enjaulada en un cuerpo que no le pertenece y el duro camino que conlleva la transición a ser quien de verdad es. Girl, además, ubica su narración en el exigente mundo del ballet para acentuar los sacrificios que la protagonista se autoimpone. La desolación que provoca el relato acaba empañada por la fortaleza y la ternura de esta protagonista que lo único que pide es un final (feliz) para su calvario.
10. Columbus (Kogonada, 2017)
Una adolescente que renuncia a sus sueños por cuidar de su madre exadicta conoce a un hombre con el que comparte su pasión por la arquitectura. Juntos recorren la ciudad de Columbus admirando sus edificios e intercambiando reflexiones vitales mientras surge entre ellos un cariño y una admiración que harán que el rumbo de sus vidas dé un giro de 180 grados.
11. Beautiful Boy (Felix Van Groeningen, 2018)
Beautiful Boy narra la odisea de un padre que no deja de luchar por su hijo drogodependiente en esta película que podría haber sido un telefilme, si no hubiera estado interpretada por Steve Carell y Timothée Chalamet. Una oda al amor incondicional y a la resiliencia que nos sitúa ante el conflicto que supone, en muchos momentos, no tirar la toalla ante determinadas situaciones que parecen tener un camino de no retorno.
12. La tumba de las luciérnagas (Isao Takahata, 1988)
Considerada el drama más demoledor del Studio Ghibli y una de las mejores películas de animación de la historia, La tumba de las luciérnagas nos lleva a vivir el horror de la II Guerra Mundial a través de la mirada inocente de Seita y Setsuko, dos hermanos que se ven obligados a crecer de manera abrupta e injusta. Una cinta bélica llena de ternura capaz de derribar los muros del espectador más duro.
13. Los 400 golpes (François Truffaut, 1959)
El coming of age más icónico de la nouvelle vague lo protagoniza Antoine, un niño de 12 años que tiene que luchar con la llegada a la adolescencia en un entorno que no comprende y que lo empuja a la rebeldía. Para escapar de su realidad, hace novillos con su amigo René, con el que traza un plan: huir de sus casas para conocer el mar en unos de los planos secuencia más inolvidables del cine contemporáneo.
14. Las vírgenes suicidas (Sofia Coppola, 1999)
Sofia Coppola se quitaba de encima su etiqueta de nepo baby demostrando con su segundo trabajo tras las cámaras, que sí tenía un sitio dentro de esa jungla llamada Hollywood. Con Las vírgenes suicidas, la directora nos invitaba a entrar en la casa y los sueños de estas cinco hermanas adoradas por sus compañeros de clase, pero castigadas por el fanatismo y la disciplina de unos padres muy rígidos. Pocas veces una pesadilla ha sido tan evocadora y onírica.
15. Yo, él y Raquel (Alfonso Gomez-Rejon, 2015)
Tratando temas que nos resultan tan incómodos como la enfermedad y la muerte, Yo, él y Raquel encuentra el equilibrio perfecto entre comedia y drama gracias a que no pierde, ni un solo momento, las ganas de dar un mensaje luminoso y esperanzador sobre la vida, pero también sobre la pérdida. El encantador trío protagonista construye una relación llena de diálogos y escenas ingeniosas que conducen a uno de los mejores finales del cine reciente.
16. Las ventajas de ser un marginado (Stephen Chbosky, 2012)
Las ventajas de ser un marginado fue todo un fenómeno de la literatura adolescente en EE.UU. En un ejercicio de amor profundo hacia todos sus fans, Chobsky, autor de la novela y conocedor de sus puntos fuertes como nadie, decidió darle otra vida a su historia. El resultado fue un filme con mucha alma que brilla plenamente cuando obvia su bonito envoltorio y nos deja ver toda la verdad y la emoción que lleva dentro.
17. El acontecimiento (Audrey Diwan, 2021)
Basada en la novela homónima y autobiográfica de la ganadora del Nobel Annie Ernaux, El acontecimiento es esa obra maestra que puede cabrear a la mitad de los espectadores y abrazar los pensamientos que no expresa la otra mitad. Volcando todo el peso en el tour de force que hace su protagonista principal, la cinta trata sin pelos en la lengua un tema tan conflictivo como la libertad individual y la capacidad de decidir entre lo que nos dictan las normas sociales o lo que nos dicta el corazón.