Las "películas de dibujos" que nos han llegado en los últimos tiempos siguen demostrando que el cine de animación cuenta con el poderoso privilegio de no tener límites.
El techo de una película animada está en el techo que tenga la imaginación de sus creadores y es por eso, que en las últimas décadas, hemos podido disfrutar de obras maestras que han tomado forma gracias a una creatividad desmesurada y el poder de unos códigos y unas licencias que sólo tienen sentido en estos universos imaginarios.
Aunque es cierto que en el que podríamos llamar "cine real", también se experimenta con los códigos y muchos realizadores se permiten licencias (sobre todo narrativas) para convertir sus cintas en experiencias extraordinarias que jamás podríamos vivir de otra manera, el cine de animación siempre va un paso más allá.
Prueba de ello son los diferentes live actions que se han hecho, por ejemplo, adaptando éxitos como La sirenita o El rey león. Ni de lejos, tienen la magia y el encanto de las obras originales, a pesar de contar con softwares portentosos y presupuestos desorbitados.
La explicación es sencilla: es más fácil asimilar que todo es posible cuando no percibimos nada de realidad en lo que vemos, cuando no podemos identificarnos con unos personajes que no son de carne y hueso o cuando nos trasladan a mundos que han cobrado vida en los sueños de alguna mente inquieta.
Con esto, no queremos decir que como espectadores, no entremos en el juego de fantasías que no son animadas como las de la saga de Harry Potter o la de Star Wars que están encarnadas por gente real que habita universos imaginarios.
Pero pensemos en títulos como Toy Story, El viaje de Chihiro, Akira o Your Name, ¿tendrían el mismo encanto y la misma libertad creativa y narrativa si no hubieran sido animadas?
Además, es indudable que creadores como Hayao Miyazaki, estudios como PIXAR o géneros como el anime que nos llega de diferentes puntos geográficos del continente asiático, han conseguido que cualquier amante del cine que se precie, probablemente tenga una ficción animada en el TOP 10 de películas de su vida.
Dicho esto, nos gustaría recomendarte 25 películas de animación que creemos que son la prueba irrefutable de que esta manera de entender y crear nos regala un cine que no tiene un tope, que no conoce límites.
1. Flow, de Gints Zilbalodis (2024)
2. The Wild Robot, de Chris Sanders (2024)
3. El castillo ambulante, de Hayao Miyazaki (2004)
4. Akira, de Katsuhiro Ôtomo (1988)
5. Spider-Man: Across The Spider-Verse, de Joaquim Dos Santos, Kemp Powers, Justin Thompson (2023)
6. Suzume, de Makoto Shinkai (2022)
7. Wall-E, de Andrew Stanton (2008)
8. Toy Story, de Lee Unkrich (2010)
9. Ghost In The Shell, de Mamoru Oshii (1995)
10. Belle, de Mamoru Hosoda (2021)
11. Flee, de Jonas Poher Rasmussen (2021)
12. La novia cadáver, de Tim Burton (2005)
13. Marcel the Shell with Shoes On, de Dean Fleischer-Camp (2021)
14. Paprika, de Satoshi Kon (2006)
15. La tortuga roja, de Michael Dudok de Wit (2016)
16. J'ai perdu mon corps, de Jérémy Clapin (2019)
17. Wolfwalkers, de Tomm Moore (2020)
18. Mary and Max, de Adam Elliot (2009)
19. El gigante de hierro, de Brad Bird (1999)
20. La tumba de las luciérnagas, de Isao Takahata (1988)
21. Persépolis, de Marjane Satrapi, Vincent Paronnaud (2007)
22. Susurros del corazón, de Yoshifumi Kondo (1995)
23. Isla de perros, de Wes Anderson (2015)
24. Cowboy Bebop: la película, de Shin'ichirō Watanabe (2001)
25. Look Back, de Kiyotaka Oshiyama (2024)