Porque llegados a la edad adulta ya tenemos ciertos valores y sabemos perfectamente lo que moral y socialmente es considerado como cívico y aceptado, nos gusta refugiarnos en el mundo de la ficción para satisfacer, de alguna manera, esos deseos oscuros que no debemos llevar a cabo en nuestras realidades.
Quien diga que nunca ha deseado tomarse la justicia por su mano para perpetrar una venganza, miente. Nos jugaríamos el cuello a que el 99% de la población ha fantaseado alguna vez con tomarse la revancha por su mano en algún momento y circunstancia de su vida.
Muchos hemos sido engañados en el amor, decepcionados por alguna amistad, acosados en el colegio, ridiculizados por algún profesor, estafados por alguna compañía telefónica o infravalorados por algún jefe. Muchos y muchas hubiéramos dado rienda suelta a un día de furia como el de De Niro en Taxi Driver.
La venganza, aunque es un plato que se sirve frío, también se puede servir en bandeja de plata con ese gusto dulce y satisfactorio que conecta con nuestro lado negro con increíble facilidad y complicidad. De esas películas imprescindibles cuyos hilos argumentales son conducidos por ese despiadado y humano sentimiento milenario, os recomendamos 15 que creemos que son imprescindibles para ese vengativo o vengativa que llevamos dentro.
Sympathy for Lady Vengeance (Park Chan-wook)
El icónico director surcoreano Park Chan-wook dedicó parte de su violenta y magistral filmografía a la trilogía de la venganza. De las tres cintas que el realizador filmó, la más icónica y reconocida es Oldboy, pero nosotros tenemos especial debilidad y, por supuesto, simpatía por esta Lady Vengeance con un pasado grotesco y unas cuantas cuentas pendientes.
Los realizadores asiáticos tienen una manera muy estética y muy rocambolesca de entender el ojo por ojo, y en eso Chan-wook es todo un experto.
Kill Bill vol.1 y vol. 2 (Quentin Tarantino)
La trayecoria de Tarantino está plagada de venganzas que van desde la de Django Desencadenado, hasta la que elabora y maquina el personaje de Mélanie Laurent en Malditos bastardos, pero no tenemos duda de la que se quedará grabada en nuestras retinas y nuestros corazones para siempre es la de Beatrix Kiddo contra Bill.
Kill Bill vol.1 y vol.2 es una obra de arte en movimiento que bebe del manga, las películas de artes marciales de los 70, la cultura pop, el folklore japonés y el western y que pasará a la historia por escenas que son la prueba irrefutable de que la violencia puede tener una belleza inconmesurable.
La mano que mece la cuna (Curtis Hanson)
En los primeros años de la década de los 90 proliferaron los thrillers psicológicos protagonizados por personajes retorcidos y malévolos que tenían como motor vital causar el caos y el miedo a su alrededor.
De todas esas cintas, La mano que mece la cuna convirtió en una estrella a Rebeca De Mornay por meterse en la piel de Peyton, una niñera de aspecto angelical con un oscuro secreto y una ira incontrolable.
León, el profesional (Luc Besson)
En el que es el mejor trabajo del director Luc Besson se contaba la relación (muy controvertida en su momento) entre León, un asesino a sueldo solitario, y Mathilda, una niña que acaba de perder a toda su familia en manos de un agente corrupto y psicópata.
Gary Oldman, Jean Reno y la revelación absoluta que fue Natalie Portman convirtieron a sus personajes en unos iconos qe han trascendido a cuatro generaciones y forman parte de nuestros imaginarios recurrentes.
La piel que habito (Pedro Almodóvar)
Pedro Almdóvar tiene una carrera marcada por un costumbrismo de refinado gusto estético y por unas historias que hacen tambalear los cimientos de esa máxima que reza que la realidad siempre supera a la ficción. No en su caso.
El director manchego que es una rara avis en sí mismo. Demostró con La piel que habito que podía añadir a su filmografía un título diferente del resto, y se adentró en el terreno del thriller psicólogico sin despeinar su atusado cardado. Siempre con el sello que lo ha hecho universal, eso sí.
Promising Young Woman (Emerald Fennell)
Con esta cinta, Emerald Fennell ha batido récords, ha marcado hitos, ha derribado muros y ha aportado una necesaria perspectiva femenina a una industria que adolece de rancia en el s.XXI, pero sobre todo, nos ofrecía buen cine y una historia inolvidable.
Promising Young Woman es una rareza que combina géneros de una manera magistral con un discurso muy necesario en los tiempos que corren. Carey Mulligan, en un registro al que no nos tiene acostumbrados y acostumbradas, borda el papel de vengadora cínica y hastiada.
Gone Girl (David Fincher)
David Fincher (Seven, El club de la lucha) nos regaló en esta joya protagonizada por una compleja, fría y calculadora Rosamund Pike, la historia de una esposa que trama una desaparición para chantajear y extorsionar a su marido (Ben Affleck).
El amor sí es para siempre cuando tu pareja tiene la capacidad de darle la vuelta a la tortilla a esa imagen de pareja feliz que tiene el resto de una sociedad alienada y manipulable.
V de Vendetta (James McTeigue)
Alan Moore (1953) es más que un escritor y un guionista, es ese genio visionario e inconformista que lleva años plasmando sus ideas y su descontento contra el sistema establecido. Cuenta con una legión de seguidores y sus novelas y cómics han sido adaptados a la pequeña y a la gran pantalla en numerosas ocasiones.
Una de las adaptaciones más famosas fue la de V de Vendetta. Esta distopía totalitaria se desarrolla en una Inglaterra imaginaria que vive sujeta a un régimen fascista que manipula a los ciudadanos mediante un estado policial asfixiante. V será el héroe tras la máscara, el único superviviente de un experimento gubernamental que decide tomarse la justicia por su mano para abrir la mente al pueblo y a su joven discípula, Evey Hammond.
Prisioneros (Denis Villeneuve)
Keller Dover (Hugh Jackman) se enfrenta a la peor de las pesadillas: Anna, su hija de 6 años, ha desaparecido con su amiga Joy y a medida que pasa el tiempo, el pánico lo va dominando. Desesperado, decide ocuparse personalmente del asunto. Pero, ¿hasta dónde está dispuesto a llegar para averiguar el paradero de su hija?
El gran Denis Villeneuve (La llegada, Dune) nos introduce en una asfixiante carrera contrarreloj en la que nadie es quien parece ser y que tiene un desenlace tan impactante como inolvidable.
Hard Candy (David Slade)
El actor Elliot Page se metió en la piel de una joven que decide poner en su lugar a un pederasta que engaña y abusa de menores de edad. Con apenas dos personajes y el agobiante espacio de una casa, el director David Slade logra mantener la tensión durante todo el metraje.
Hard Candy es el ejemplo de cómo lo que vemos puede ser muchísimo peor lo que imaginamos y de cómo empatizar con un personaje que entiende la justicia con dudosos métodos.
Las amistades peligrosas (Stephen Frears)
Intrigas palaciegas, amores de conveniencia, manipulaciones sexuales y mentales, luchas de egos, juegos de poder y depravación envueltas en las mejores sedas, los mejores encajes y todo el derroche de la Francia del s. XVIII.
John Malkovich y Glen Close nunca han estado mejor que encarnando a estos dos aristócratas aburridos e incapaces de amar que se creen don derecho a todo.
El cuervo (Alex Proyas)
La cinta que acabó (literalmente) con la vida de Brandon Lee, paradójicamente lo hizo inmortal para siempre convirtiéndolo en el objeto de deseo y en el héroe de millones de adolescentes de la década de los años 90.
El cuervo es una cinta romática en el más estricto sentido del término. Por un lado es una historia de amor truncada y, por otra, es un cuento fantástico oscuro y gótico en el que el protagonista tiene la oportunidad de volver a la vida para vengar su muerte y la de su amada.
I Saw The Devil (Kim Jee-woon)
Otro thriller impactante por su violencia extrema que nos llegó de Corea del Sur fue I Saw The Devil. Kyung-chul es un psicópata peligroso que mata por placer y que ha cometido varios asesinatos con unos métodos diabólicos difíciles de imaginar.
Sus víctimas son chicas jóvenes. La policía lleva tiempo intentando capturarlo hasta que, un día, aparece asesinada la hija de un jefe de policía retirado y el novio de la chica, un agente secreto, jura vengarse y no parar hasta que se encuentre con el mismísimo diablo cara a cara.
Irreversible (Gaspar Noé)
Gaspar Noé levanta ampollas y hace que corran ríos de tinta cada vez que una de sus obras ve la luz. El controvertido realizador es amante de mostrar las miserias humanas y la inmoralidad de una manera tan descarnada como la de Haneke y Von Trier.
Sin duda, Irreversible, en la que asistimos horrorizados a una escena de violación en tiempo real, es uno de los títulos que lo han hecho un nombre a tener en cuenta, pero lo que de verdad nos produce morbo no es ver sufrir a Monica Bellucci, es ver vengarse al por entonces su marido en la vida real, Vicent Cassel.
El cabo del miedo (Martin Scorsese)
La carrera de Robert De Niro está plagada de papeles inolvidables y de actuaciones que han hecho que sea uno de los mejores actores que hemos conocido, pero su Max Cady es uno de sus personajes más demencialmente divertidos.
El cabo del miedo es de los pocos remakes que superaron a la original de 1962 y es en gran parte por tener el placer de acompañar a De Niro en la piel de un preso que sale de la cárcel despues de 14 años para vengarse del abogado que lo metió entre rejas.